India

El nuevo Taj Mahal del amor

«Tras visitar el original, quedaron fascinados: tardaron tres años en construir su réplica»

Según el escritor y artista británico Edward Lear, el mundo se divide en dos clases: los que han podido vislumbrar el Taj Mahal y los que no. Cada año, otros siete millones de personas se unen al club de los que sí han podido verlo. Este monumento indio, considerado una de las maravillas del mundo, fue construido en el siglo XVII por el emperador Shah Jahan en honor a su esposa más amada, Mumtaz Mahal. Ella falleció durante el parto y fue su único matrimonio romántico. Mucha tinta ha corrido sobre los verdaderos motivos de Shah Jahan para levantar este precioso palacio de mármol blanco en Agra. Incluso, tanto hindúes como musulmanes mantienen sus propias teorías sobre si es un templo de una fe u otra.

Para que no haya dudas en el futuro de los motivos de la réplica –un Taj Mahal del s. XXI– Anand Prakash Chouksey, de 52 años, concedió entrevistas esta semana para dar su única versión. Este empresario y profesor de Burhanpur, en el estado de Madhya Pradesh, ha levantado una copia del palacete por y para su esposa Manjusha, de 27 años.

Fascinados tras visitar el original, tardaron tres años en completar su versión a una escala tres veces menor del auténtico santuario. Prakash Chouksey reconoce que se ha gastado el equivalente a 230.000 euros. Y para que no quedase como una chapuza, han trabajado en esta réplica escultores y artesanos venidos de todo el país.

«Ella es feliz en cualquier situación y me apoya incondicionalmente», ha explicado el empresario a Reuters. Lo único que le exigió fue una sala de meditación, algo que Prakash Chouksey no ha dudado en diseñar. Es más, «es la mejor habitación de la casa». Bañado en tonos blancos tanto en el interior como el exterior, y con sus cuatro minaretes de rigor, el nuevo hogar de esta familia india consta de cuatro habitaciones a las que se accede por una enorme escalera, con su biblioteca y la requerida sala para meditar. Por cierto, este nuevo Taj Mahal también se puede visitar, aunque solo en horario escolar. Desde fuera, los vecinos se agolpan e incluso los recién casados acuden al mini Taj Mahal para retratarse. «Es un regalo para mi mujer, pero también para el pueblo y sus gentes», confiesa el orgulloso marido.