Opinión

Demasiado arroz para poco pollo

Calviño ha sido propuesta por el Ecofin de manera unánime como candidata al principal consejo asesor del FMI. Ahora se entiende porqué se ha dejado usar por Sánchez como Punching Ball frente a Podemos, en general, y a Yolanda Díaz, en particular.

Antes de que se produzca la salida de la vicepresidenta deberá terminar el proceso de negociación de la reforma laboral, asumiendo de nuevo todos los disparos desde la formación morada.

Una vez se haya ido, se podría suponer que Félix Bolaños, la nueva persona de confianza de Sánchez, o más concretamente de Begoña Gómez, tome aún más protagonismo.

Pero el ministro de presidencia acumula más expectativas que realidades. Es la persona que soluciona de manera implacable y “extra oficialmente” los asuntos internos del PSOE, como el tema Ábalos, fue la persona de confianza en la negociación con la familia Franco sobre los restos del dictador, o tiene, también, el dudoso honor de ser la persona que los separatistas y nacionalistas prefieren para negociar.

Pero el gran encargo importante que ha recibido Bolaños es el de la reforma constitucional. No se le hizo en calidad de ministro, sino de miembro de la dirección nacional del PSOE. Sin embargo, es donde estaba llamado a jugarse su destino.

No lo tiene fácil. Los tiempos juegan en su contra porque, lo más probable, es que termine siendo, como mucho, una propuesta electoral. Lo que queda de legislatura va a ocuparse de la pandemia y su enésima ola y de los problemas económicos que nos vienen encima, no hay tiempo para quimeras sobre propuestas de federalismo o vueltas al referéndum en Cataluña.

Bolaños necesitará algo más que un par de negociaciones y algunos trabajitos más. Tendrá suerte si repite como diputado por Madrid porque, como dice el refrán, es demasiado arroz para poco pollo.