El bicentenario de Gabriel García Moreno

Se cumple ahora el bicentenario del nacimiento en Guayaquil de Gabriel García Moreno el 24 de diciembre de 1821, el que fuera presidente constitucional del Ecuador y considerado Mártir de la Fe por los Papas beato Pío IX y León XIII. La causa que desencadenó su martirio fue haber consagrado su patria al Sagrado Corazón de Jesús, convirtiéndola en «la República del Sagrado Corazón» en 1873. Lo pagó con su vida, siendo brutalmente asesinado el primer viernes del mes de agosto de 1875 en las escaleras de acceso al mismo Palacio Nacional cuando se dirigía como cada día, solitario y de buena mañana, a su despacho localizado en la Plaza de la Independencia de Quito.

En la monumental Basílica de la capital dedicada al Voto de Consagración, junto al túmulo del presidente se encuentra también el del Arzobispo de Quito, que igualmente pagó la consagración con su vida, siendo envenenado con el cáliz de la ceremonia del Viernes Santo del año siguiente. En sendas lápidas de la Basílica se leen fragmentos de las palabras pronunciadas por los Papas san Juan Pablo II y Francisco en sus visitas al lugar, que rinden merecido homenaje al prócer y evocan los frutos recibidos por la nación por ese acontecimiento.

Esos históricos sucesos remiten a la «Gran Promesa» efectuada por el Sagrado Corazón al beato Padre Hoyos en Valladolid el 14 de mayo de 1733 cuando le manifestó que «reinaría en España, y con mas veneración que en otras muchas partes». En aquel tiempo la Promesa se extendía al territorio de «las Españas» en Europa y allende los mares. Por eso, no es llamativo que de los 15 países a la fecha consagrados al Sagrado Corazón, 13 sean hispánicos; Ecuador fue el primero de todos y España el tercero, tras la consagración realizada por Alfonso XIII en 1919 en el Cerro de los Ángeles (Getafe). Las amenazas que recibió el monarca para tratar de impedirlo están documentadas, pero no se rindió a ellas, y las evocaría a su muerte en 1941 en el exilio de Roma.

Gabriel García Moreno fue un estadista de una formación y cultura extraordinarias, abogado, escritor, periodista, con una voluntad y coraje templados en el crisol de una fe recia y profunda. Fue ingente su labor modernizadora de la joven república, siendo considerado como el fundador del renovado Ecuador. Se ha anunciado la realización en fechas próximas de un homenaje a su figura en su Guayaquil natal por parte de admiradores agradecidos de su obra que no se resignan al silencio impuesto en torno a su figura por los «amos» de este mundo.