Guerra en Ucrania

Ucrania, en el origen de Rusia

«La presencia militar occidental en los países postsoviéticos se considera en Moscú como una amenaza a la seguridad nacional rusa»

A todos aquellos que quieran tener una idea cabal de lo que está ocurriendo en Ucrania, les convendría leer el artículo del catedrático José Varela Ortega, publicado en el diario digital El Imparcial. Mario Vargas Llosa le ha dedicado el elogio que se merece a «Ucrania y el telegrama largo de George Kennan». En él, el prestigioso historiador recuerda que el Imperio soviético «colapsó y se desbarató hasta en la propia Rusia. Más bien se diluyó entre la ruina y la incompetencia. Pero parece evidente que la idea imperial permaneció». Ucrania está en el origen de Rusia y en la expansión de su imperio. Putin ha recordado en más de una ocasión que fue en Poltava donde Pedro el Grande derrotó a Carlos XII de Suecia, al alborear el siglo XVIII.

El Gobierno ruso considera que la ampliación de la OTAN, en mayor o menor grado, a Polonia, Letonia, Estonia Lituania, Chequia, Rumanía y Bulgaria constituye una amenaza inasumible y un cerco a la estabilidad y soberanía de la gran nación eslava. La presencia militar occidental en los países postsoviéticos se considera en Moscú «como una amenaza a su seguridad nacional –según afirma Varela Ortega– y Ucrania está entre ellos». Como por territorio ucraniano discurren las principales líneas de los gaseoductos rusos, ampliables con el Stream 2, Alemania intentará encontrar fórmulas, al margen de las sanciones en marcha, para que la atrocidad de Putin al invadir Ucrania no derive en una situación límite que perjudique gravemente el bienestar germano y del resto de Europa.

George Kennan, diplomático americano, encargado de negocios en Moscú entre 1944 y 1947, desmontó en un escrito capital «el disfraz comunista del ancestral imperialismo ruso». Y Eisenstein consideró a Stalin como el sucesor de Iván el Terrible, el Zar del pueblo, el caudillo eslavo que se enfrentó a los invasores teutónicos durante el siglo XIII. El Gobierno soviético, según Kennan, fue heredero «de la ancestral desconfianza rusa hacia todo lo extranjero». Y Putin se mueve en esas mismas coordenadas de la Historia rusa, lo que explica, aunque no justifica, la recuperación de la hoz para segar de raíz las mieses ucranianas.