Opinión

Hoy es un día para la Historia

La fecha de hoy, 25 de marzo de 2022, ya forma parte de la Historia de la Iglesia y de la propia Historia de la humanidad por las consecuencias que se esperan para el mundo. Otro 25 de marzo, en 1984, el Papa san Juan Pablo II intentó cumplir con el pedido de la Virgen de Fátima, y consagraba el orbe a su Inmaculado Corazón en comunión con todos los obispos del mundo. Recomendaciones de su entorno impidieron nombrar a Rusia como deseaba para no contrariar a los representantes de la Iglesia Ortodoxa de Moscú presentes en el acto, pese a que Rusia era la especial destinataria de la citada ofrenda. Aun así, los frutos se conocieron después. La caída del Muro de Berlín y de la misma URSS el día de la Inmaculada Concepción de 1991, sin mediar violencia alguna entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, hablan por sí mismas de la eficacia del solemne acto realizado. La Virgen afirmó a Lucía dos Santos en Fátima el 13 de julio de 1917 y el 13 de junio de 1929 en Tuy que, pese a los retardos en atender su petición, «al final su Corazón Inmaculado triunfaría, el Papa le consagraría Rusia, que se convertirá, y le será dado al mundo un tiempo de paz». Ahora, la invasión de Ucrania por el ejército ruso nos remite necesariamente a Fátima, y por ello los obispos de la Iglesia Greco-católica de Ucrania –peyorativamente calificados como «Uniatas» por su comunión con Roma– se dirigieron al Papa pidiéndole la consagración de su país y de Rusia tal como fue solicitado por la Virgen. A esta petición se han ido sumando diferentes conferencias episcopales del mundo, de tal forma que hoy a las 17h el Papa Francisco la realizará según un texto que, publicado en multitud de lenguas, ha sido remitido a todos los obispos para que se sumen en comunión espiritual a la que hará él desde la Basílica de San Pedro. Rusia está expresamente referida en el citado texto, por lo que existen fundadas esperanzas de que será acogida benévolamente por el Cielo y concedidas las gracias prometidas, en particular la paz en Ucrania y en el mundo entero.

En cuando a la «conversión» de Rusia, parece referirse al final del cisma de la ortodoxia con Roma, que data de 1054. Con ello, la ortodoxia reconocerá el Dogma de la Inmaculada Concepción definido en 1854, y expresará «el triunfo de su Inmaculado Corazón», que es el Corazón de la Inmaculada Concepción triunfante. Preocupante resulta la actual «guerra» de las Iglesias Ortodoxas con el Patriarca de Moscú.