Cataluña

Mensajes universitarios para Cataluña

Si el separatismo triunfase, transformaría la Cataluña actual en una realidad mediterránea no muy diferente de la que se contempla, por ejemplo, en Albania

Naturalmente, era imposible que el ámbito universitario de Cataluña no expusiese de qué modo estaba ausente de mensajes de separatismo catalán. Eso lo acabamos de ver en las aportaciones que un libro reciente, Economía del separatismo catalán. Un análisis riguroso de las consecuencias económicas del llamado «Procés» y la decadencia de Cataluña, (Barcelona, 2022), de Ferran Brunet. Como consecuencia de ese tema concreto, un catedrático emérito de la Universitat de Barcelona, el profesor Granell Trias –profesor de Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona y conocido investigador sobre la economía europea–, lanza un mensaje ciertamente valiosísimo.

El profesor Granell considera que, en esta aportación, se han estimado «Muchos de los elementos que han estimulado la economía catalana y que difícilmente podrán recuperarse, dado que la fuga de cerebros y de empresas va mermando la capacidad de Cataluña para liderar España», tarea que, desde luego, –basta recordar las aportaciones de Perpiñá Grau–, era lo normal entre nosotros.

Pero se necesitaba una demostración del motivo de ese gran cambio. Y eso lo expone maravillosamente, señalando que «un falso paradigma separatista (el de) Espanya ens roba, ha sido sustituido por la verdad: El procés ens roba!». Pero es necesario señalar datos de que efectivamente eso es lo que ocurre, y que este robo, como señala el profesor Granell, «nos roba también la convivencia entre ciudadanos que antes eran amigos y compartían el sentimiento del pueblo unido».

La demostración que efectúa el profesor Brunet estoy seguro que deja tranquilo intelectual y culturalmente a todo el que siga sus planteamientos.

El motivo básico se debe a que sobre Cataluña se ha situado la demostración del que si se altera la homogeneidad del mercado, que exige siempre una gran perfección, automáticamente daña a todos sus miembros. Y eso acontece si Cataluña mantiene la postura de conseguir –como ha hecho ahora, en los últimos años–, que el Gobierno Central de España pase a hacer «dejación de competencias y funciones, en favor del Gobierno Autonómico de Cataluña», conllevando «lo que desgraciadamente ocurrió: (las) consecuencias económicas del desafío separatista». Queda demostrado esto con un alud de datos sobre el llamado «coste del Procés». Se expone, por ejemplo, que entre 2010 y 2019 «Cataluña pasa del puesto 109 al 161 en el ranking de competitividad de las regiones europeas, mientras que Madrid está en el puesto 98». La Cataluña separatista expulsa. Madrid atrae personas, empresas e inversiones. Y uno de los motivos fundamentales se encuentran -como bien saben todos los economistas serios, y expone periódicamente el Fondo Monetario Internacional, en la intensidad reglamentaria, porque «la palma de la intensidad reglamentaria en España corresponde a Cataluña». Brunet expone cómo los datos de esta intensidad reglamentaria se evidencian en las páginas de los diarios oficiales de las diversas Comunidades Autónomas. Sus cifras explican que en Cataluña ha surgido la región «menos competitiva fiscalmente … sin duda, en el infierno fiscal de España», porque en dicho infierno, esa magnitud tiene una cumbre que ha conseguido alcanzar la Generalitat», la cual «ha impuesto 15 tributos propios que restringen la actividad establecida en esta región y limitan su atractivo, perjudicando a los catalanes». Todo esto contribuye a una especie de actualización de aquella frase del economista Vandellós, de «Catalunya, poble decadent». Y el alud de datos derivados de esta nueva realidad catalana, culminada con el índice SCC del riesgo catalán, explica los datos que justifican, desde el punto de vista empresarial, las mencionadas huidas de empresas y capitales.

Además de esto, existe una evidente demostración del carácter antisocial de la Generalitat separatista de Cataluña, que se ha sido desarrollando. El profesor Brunet se refiere a esa política presidida por el carguismo del sectarismo del Gobierno, ofreciendo un dato concreto y significativo: «El Presidente de la Generalitat separatista cobra un 81´5% más que el presidente del Gobierno de España». Presenta, incluso, cifras de lo que estima que son «los sueldazos», por ejemplo, en ese órgano de propaganda separatista que es la TV3.

Y Brunet defiende que una hipotética secesión generaría en el PIB regional de Cataluña, inmediatamente, una reducción de un 9,3% «en el escenario bajo; un 16,1% en el escenario medio; y un 24,4% en el escenario alto», con inmediatas consecuencias sobre el empleo.

Trabajos científicamente perfectos como los de las aportaciones de los profesores Granell y Brunet muestran que si el separatismo triunfase, transformaría la Cataluña actual en una realidad mediterránea no muy diferente de la que se contempla, por ejemplo, en Albania.