Matrimonio

Mi gran boda conmigo misma

«La primera sológama de India se ha casado mediante el rito tradicional hindú»

Ha elegido a la persona que más quiere. En su caso, ha sido ella misma, y por tanto, se ha convertido en la primera persona sológama de India. Kshama Bindu, de 24 años, ha celebrado una boda en toda regla, con sus vistosos vestidos tradicionales –gama predominante de rojo con los bordados en oro brillante– y siguiendo los intrincados rituales hindúes previos para una novia. Lo que no ha habido en este matrimonio en Vadodara, al noroeste del país, es una pareja o «media naranja». Ella misma lo es todo. Bindu me relata con energía que cuenta con el apoyo de su familia. Desde muy pequeña viene alzando la voz en contra de las injusticias y ya están acostumbrados a su lucha contra los estereotipos.

En las últimas semanas, tras anunciar su matrimonio sológamo, en India han corrido ríos de tinta. Los políticos han tomado partido y las comunidades más tradicionales se han echado las manos a la cabeza. Sin embargo, Bindu quiere aprovechar el foco mediático para denunciar que en su país se da demasiada importancia a que las indias se casen. Las mujeres dejan sus hogares, pierden su apellido y dedican su vida a servir al marido... «Está cargado de sesgos de género y de desigualdad». Por no hablar de los matrimonios concertados que siguen a la orden del día. «Muchas esposas me han escrito estos días dándome su bendición, pues las obligaron a casarse con un desconocido. Ni siquiera se nos permite casarnos con las personas que amamos debido a los impedimentos a los matrimonios entre castas o por diferencias religiosas. ¿Qué hay de malo en casarse con uno mismo en lugar de con un extraño?», reflexiona la joven.

Su siguiente paso traerá cola, porque Bindu se ha propuesto registrar su matrimonio formalmente, algo que es ilegal en India. «Si tengo que ir a juicio iré, lo voy a pelear hasta el final», augura. Al preguntarle si le han surgido proposiciones una vez anunció su autocasamiento, Bindu reconoce que los días previos a la boda sí tuvo propuestas, pero una vez casada, ya no. «Como en el resto de matrimonios, esto es para toda la vida y voy a ser fiel a mí misma», me promete.