Opinión
“Solo aciertan cuando rectifican”
No le faltaba razón a Fraga cuando acuñó en sus tiempos de líder de la Oposición, la máxima de que «los socialistas solo aciertan cuando rectifican». Basta ver el entusiasmo atlantista de Sánchez y su partido el PSOE, ante la cumbre de la OTAN de la que Madrid va a ser anfitriona estos días, precisamente para conmemorar aquella decisión que adoptó el presidente Calvo Sotelo en 1982 con toda la izquierda radicalmente en contra, por tierra, mar y aire.
Meses después de aquel ingreso, Felipe González habitaba en La Moncloa, y supo rectificar a tiempo y pasar de negarse en rotundo al ingreso, a convocar un referéndum para asegurar nuestra permanencia. Aquel referéndum, celebrado poco antes de las elecciones generales de 1986, provocó una seria fractura en el PSOE y una gran radicalización política y social en las bases de la izquierda socialista y comunista, y pudo ganarse por la abstención acordada por Fraga como recomendación a sus votantes.
Pese a ello, esa abstención le fue duramente criticada por los socios europeos liberal conservadores encabezados por la «premier» británica Margaret Thatcher que querían hubiera apoyado la permanencia que corrió serio peligro de perderse. Así se escribe la historia, y ahora es el socialismo sanchista quien ve en aquella decisión ahora festejada, un salvavidas al que agarrarse para no hundirse tras el naufragio andaluz, presentándose ante los dignatarios de 40 países encabezados por los integrantes del G-7, como un socio occidental de confianza y solvente.
Pero para recordarle a sus invitados su limitada credibilidad, están sus socios de gobierno comunistas podemitas, y sus aliados parlamentarios –secesionistas, bildus y demás mareas– que se manifiestan expresando un descriptible entusiasmo atlantista. Es este el comienzo de una hoja de ruta, que pretende conseguir que la legislatura se alargue lo suficiente como para poder ejercer la protocolaria presidencia «pro tempore» europea que dentro de un año asumirá España, y convocar elecciones durante su ejercicio a finales del próximo año.
Sucede que el papel lo aguanta todo, pero la realidad de la situación resulta inaguantable para una creciente porción de españoles que tan pronto se convocan elecciones –Galicia, Madrid, Castilla y León y ahora Andalucía– lo dejan patente con su voto. Con todos los indicadores de la situación económica en rojo –deuda y déficit público, inflación, consumo, …– todo lo que es capaz de ofrecer el sanchismo a los españoles para superar la situación es el enésimo real decreto ley «anticrisis», cuya medida estrella consiste en un cheque de 200€ a los más desfavorecidos. Necesaria sin duda, pero es una aspirina frente a una necesaria cirugía. Pero Sánchez es incapaz de rectificar.
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