Política

«Ninotchka» Montero en EE. UU.

«No han tardado mucho nuestros modernos comunistas en olvidar su vida anterior y sus propuestas de sueldos modestos»

No entiendo por qué se critica que la ministra de Igualdad, Irene Montero, tenga unos días de merecido descanso en Nueva York y Washington aderezados por unas intrascendentes reuniones en plan de colegas pijo progres amparadas bajo el generoso paraguas de su «agenda feminista». Por supuesto, todo ello sufragado por los Presupuestos del Estado. Lo más entrañable fueron las fotos que se hicieron en uno de los centros más importantes del capitalismo mundial. He de reconocer que los comunistas y antisistema tienen muy buen gusto. Es lógico porque son vástagos de familias acomodadas. En todo caso esto sería irrelevante. Los comunistas en la Unión Soviética y los Países del Este ocuparon los palacios, las dachas, los castillos y los pisos lujosos de aristócratas y burgueses. Una de las principales características del mundo comunista ha sido el sistema de castas. Por cierto, con una estructura mucho más arbitraria y unas diferencias más abismales. La pertenencia al aparato del partido ofrecía una vida realmente principesca. Es lo que sucedería con Iglesias y sus camaradas si consiguieran el triunfo de su revolución. Al igual que han hecho los mandatarios soviéticos y sus actuales sucesores con la ocupación del Kremlin, harían lo mismo con el Palacio Real.

Montero y sus amigas, no lo digo ofensivamente porque es, sobre todo, lo que las define, se han colocado un viaje oficial para hacer turismo en el país más rico del mundo. Me recuerda la divertida película «Ninotchka», del genial Ernst Lubitsch, que protagonizó Greta Garbo, como la agente comunista enviada a París para investigar a los camaradas Iranoff, Buljanoff y Kopalski que estaban siendo seducidos por el pérfido capitalismo. La otra figura deslumbrante es Melvyn Douglas que logra enamorar a la fría e implacable comunista. No sé si nuestras comunistas han visto esta genial comedia romántica, pero a lo mejor tenemos suerte y descubren que las sociedades progresan con la economía de libre mercado. No hay duda de que sería el dinero mejor gastado. Es más, deberíamos pagarles unas largas vacaciones a todas/todos/todes, que serían muy rentables para España. Al final, el camarada Iglesias se quedaría más solo de lo que actualmente está como fracasado telepredicador. No han tardado mucho nuestros modernos comunistas en olvidar su vida anterior y sus propuestas de sueldos modestos.