Política

Alianza prohibida

«Las derechas democráticas italianas han quebrado la alianza prohibida y se han entendido con Giorgia Meloni destrozando a la izquierda de “lo políticamente correcto’'»

Pedro Sánchez le ha dicho a Alberto Núñez Feijóo: «Te mereces el anatema descalificador. Tú no te puedes aliar con la extrema derecha, aunque Vox sea un partido constitucionalista que defiende la libertad de mercado y la propiedad privada. Pero yo sí, yo sigo siendo un demócrata, aunque me alíe con el comunismo totalitario, con los podemitas de extrema izquierda, con los separatistas catalanes anticonstitucionalistas y con los bilduetarras herederos del terrorismo de Eta». Y los alfiles que juegan al sanchismo sobre el tablero de los medios de comunicación han agrandado el anatema del presidente del Gobierno repitiéndolo hasta la náusea.

El PSOE sigue siendo demócrata, a pesar de estar mantenido en Moncloa por la extrema izquierda comunista y podemita y por los partidos anticonstitucionales ERC y Bildu. El PP dejará de ser demócrata si, tras las elecciones, completa la mayoría parlamentaria con los escaños de Vox.

La pirueta dialéctica resultaría insostenible para la razonabilidad política si no fuera porque, semana tras semana, a lo largo de muchos meses, Pedro Sánchez o sus compinches han reiterado la afirmación, sin prescindir de su atroz fórmula de alianzas que le permite gobernar con extremistas totalitarios y secesionistas anticonstitucionales, los cuales, sin respetar la ley, pugnan por fraccionar cinco siglos de unidad de España. Y se ha extendido la especie sanchista de la alianza prohibida, cuando bastaría con una campaña seria del Partido Popular para que cambiaran las tornas y hasta las ranas del estanque del Retiro clamaran por destruir semejante incongruencia.

Ahí está, en fin, la Italia democrática que ha votado ser gobernada por los partidos de la derecha democrática –Berlusconi y Salvini– encabezados por Giorgia Meloni, líder del partido más extremista. A mí no me gusta la fórmula. Recuerdo que en las postrimerías de la dictadura de Franco escribí, el 22 de febrero de 1972, un artículo en la tercera del ABC verdadero que se titulaba Organizar la moderación. Pero sobre mi posición personal está la objetividad del mundo liberal conservador, arrollada por Pedro Sánchez y sus aliados políticos y mediáticos. Las derechas democráticas italianas han quebrado la alianza prohibida y se han entendido con Meloni para distorsionar a los sectores «políticamente correctos» que se mantenían en medio del desgobierno y la incapacidad política.