Opinión

La apostasía y el vacío ético y moral

La apostasía es según la Biblia y conforme al diccionario de la RAE, la «pérdida de la fe». Aunque el apóstata suele ser considerado como el que hace pública esa renuncia, ello no suele ser lo frecuente siendo lo habitual el que se produzca de manera factual, sin declaración formal alguna ante las instancias eclesiales correspondientes ni ante los medios de comunicación, salvo circunstancias excepcionales. En la Sagrada Escritura no escasean las referencias a la apostasía, sobre todo para tiempos de especial tribulación, recogidas en el libro del Apocalipsis, que cierra el Nuevo Testamento.

En el ámbito de la Iglesia Católica es pues una realidad ya profetizada, que incluso el papa S. Juan Pablo II reconoció públicamente para el caso de Europa –la antigua Cristiandad– tras el sínodo de los obispos europeos convocado y presidido por él en 1999. En 2003 dio a conocer sus conclusiones en un documento denominado «Exhortación post sinodal sobre la Iglesia en Europa», en el que afirmaba que «…una apostasía silenciosa recorre Europa…». En los diecinueve años transcurridos desde entonces, no parece que las cosas hayan mejorado si atendemos a datos estadísticos referidos a las prácticas sacramentales socialmente más significativas, prácticas católicas, como son los bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios, que reflejan la cultura y costumbres religiosas de la sociedad.

La actual realidad confirma lo que afirmara S. Juan Pablo II entonces, y además en el conjunto europeo, son las naciones tradicionalmente más católicas las más afectadas por este proceso de descristianización, destacando entre ellas Irlanda, aunque España e Italia la siguen de cerca. Ciñéndonos a España, no olvidemos que ese proceso no es meramente natural, sino que es provocado y desarrollado mediante una auténtica labor de ingeniería social que tiene en la familia natural el objetivo básico a batir. «Natural» por estar fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, abierta a la vida de los hijos, cuya educación corresponde a los padres, y que es la institución y célula básica del tejido social. Fue el mismo papa Wojtyla quien en una de sus numerosas visitas apostólicas a España proclamó que «la parte mas grande de la Iglesia universal reza en español».

Por ello, es una estrategia muy elaborada el que la apostasía se haga realidad aquí por su influencia en la catolicidad, lo que está sucediendo ya ahora. El aborto, la eutanasia y la ideología de género son eslabones decisivos en esa estrategia descristianizadora de España. Con el agravante de que al ser la ética y moral cristianas las socialmente asumidas por nuestra historia y tradición, la resultante es el vacío ético y moral.