Partido Popular

Feijóo en las grandes ligas

Feijóo ya no está en Galicia, donde reinaba sin sobresaltos. En la política nacional se dispara a dar, y cualquier decisión provoca el ataque de los ajenos o de los propios, según el caso

Ronald Reagan juró el cargo de presidente de Estados Unidos en enero de 1981. Unos días después recibió en el Despacho Oval al presidente de la Cámara de Representantes, al demócrata Tip O’Neill, un viejo zorro de la política americana que llevaba media vida en el Congreso. Era lo que en Washington se conoce como un insider. Por el contrario, Reagan no tenía experiencia en la capital del país. Venía de ser gobernador del estado de California, lo que en España consideraríamos un político de provincias. Con un cierto complejo de superioridad, en aquella primera reunión O’Neill advirtió a Reagan de que «ahora juega usted en las grandes ligas» (como llaman en Estados Unidos a la primera división de baseball). A la vista de la popularidad que adquirió durante sus ocho años en la Casa Blanca, Reagan supo jugar en las grandes ligas. Quizá, porque no se dejó pisotear por los insiders de Washington.

Alberto Núñez Feijóo todavía no ha llegado al poder, como sí hizo Reagan, pero intenta jugar en las grandes ligas en su calidad de líder de la oposición. Y estos días, desde que rompió el pacto sobre el poder judicial, ha podido comprobar que para jugar en las grandes ligas hay que ponerse espinilleras. Feijóo ya no está en Galicia, donde reinaba sin sobresaltos. En la política nacional se dispara a dar, y cualquier decisión provoca el ataque de los ajenos o de los propios, según el caso. En los días previos a romper el pacto, a Feijóo se le revelaron los prójimos. Y cuando lo rompió, sus rivales políticos y mediáticos se han lanzado con fruición a la tarea de destruir su imagen, describiendo a un líder de la oposición incapaz de decidir por sí mismo y sometido al control de la extrema derecha que anida en eso que Pedro Sánchez gusta en calificar como «lasterminalesmediaticasdelospoderesoscuros».

Si esa labor para deconstruir a Feijóo tiene éxito, lo sabremos cuando se someta al examen de las urnas. De momento, el líder del PP ya sabe cómo se juega en las grandes ligas.