La esperanza de Putin

La guerra de Ucrania no ha evolucionado en la dirección que esperaba Vladimir Putin. Si hubiera funcionado la estrategia planificada por el Kremlin sobre un papel, a esta hora de este día habría un nuevo presidente de Ucrania designado por Moscú y apoyado por las tropas rusas que controlarían el orden en las calles de Kiev. Por el contrario, hace semanas que el ejército de Putin retrocede ante las fuerzas ucranianas que tratan de ganar posiciones antes de que el frío invernal complique sus opciones de recuperar el territorio ocupado.

Ahora, la esperanza inmediata del líder ruso no anida tanto en el ámbito militar, cuanto en el político. Putin es consciente de que en Occidente hay algo que apenas existe en Rusia: opinión pública y sociedad civil. Y empiezan a apreciarse algunas fisuras en esa opinión pública occidental ante la duradera subida de los precios de la energía que, a su vez, se ha trasladado a los demás productos de primera necesidad.

Desde hace días se convocan protestas en varios países europeos –también en España– exigiendo a los gobiernos decisiones eficaces para frenar la inflación y subidas de sueldos equivalentes a las de los precios. Y en Estados Unidos, aunque el Partido Republicano no ha arrasado como confiaba en hacerlo, sí hay ahora más representantes políticos en el Congreso que se muestran contrarios a que el gobierno de Joe Biden mantenga en adelante la ayuda económica y militar que se ha transferido a Ucrania desde que se inicio la invasión el pasado mes de febrero.

Esta deriva de la opinión pública occidental va a ser a partir de ahora de difícil gestión para los gobiernos europeos y de Estados Unidos, porque se podría extender la tesis de que se debe entregar a Putin el este de Ucrania a cambio de acabar con el conflicto cuanto antes. Esa es la expectativa del líder ruso, especialmente cuando el frío provoque el uso masivo de calefacciones con el elevado coste que eso va a tener este invierno. Moscú tendrá la paciencia de esperar unas semanas o pocos meses hasta que eso ocurra. Es cuestión de tiempo.