Felicidades, Majestad

Hoy, en el día en que S.M. el Rey Juan Carlos cumple 85 años, quiero felicitar a Su Majestad a través de este periódico después de que tantos elogios le ofrecieran durante su reinado y tanto se echan en falta en la actualidad. No es de extrañar que esto ocurra en un país donde somos tan comprensivos para convivir con la mentira o amparar leyes que ponen en peligro la unidad de España o atentan contra la vida de los más débiles y, sin embargo, luego seamos tan implacables para juzgar los hechos de cualquier persona.

La principal misión de un rey es buscar el bienestar de las personas a las que debe de regir. A tiempo pasado, creo podemos confirmar que en los 40 años de reinado del Rey Juan Carlos, España ha conseguido situarse entre los países más avanzados y con mejor calidad de vida del mundo.

Ocho años de Ayudante de Campo de Su Majestad y seis años de mando como coronel jefe de la Guardia Real me dan el respaldo suficiente para garantizar que el Rey Juan Carlos ha dedicado cada día de su reinado al servicio de España y todos los españoles. Las palabras que en su día le pronunciara su padre, el Conde de Barcelona, «Majestad, por España, todo por España», las tuvo siempre muy grabadas en su corazón. Fueron innumerables las visitas que realizó y audiencias que atendió a tantos españoles, con el único fin de mantenerse perfectamente informado de la realidad de su país y poder atender a sus consultas y problemas, solucionando muchos de ellos, sin buscar nada a cambio y con la única satisfacción del deber cumplido.

Todos los políticos, diplomáticos, empresarios, militares, abogados, jueces, banqueros, funcionarios, maestros, artistas, deportistas, escritores, periodistas, todo tipo de gente que le ha conocido bien, y han sido muchos, pueden dar fe de ello. Hemos sido testigos excepcionales de su constante empeño en conseguir la concordia entre todos los españoles buscando siempre la unidad de nuestra patria.

España no ha podido tener mejor embajador, que con su gran sentido común, saber estar y buen ganado prestigio, ha sabido garantizarse la confianza, amistad y simpatía de tantos papas, reyes, jeques, sultanes, emires y presidentes de república. Han sido muchos los beneficios que hemos podido obtener de tantos países gracias a esas excelentes relaciones tan personales. Recordemos que, durante su reinado, acompañado de la Reina doña Sofía, ha realizado 182 Visitas de Estado a casi todos los países del mundo, se han desarrollado más de 30 Cumbres Iberoamericanas y han sido recibidos en España, con un ceremonial excepcional, 112 jefes de Estado.

Su último servicio a España ha sido abdicar en su hijo el Rey Felipe VI, que con una preparación inmejorable, es digno sucesor de una dinastía que, desde el Rey Ataulfo, ya ha cumplido sus 1.600 años de historia. Por todo ello, como español agradecido, en el día de hoy no me salen del corazón más palabras que decir: «Felicidades Majestad».