Animales
La búsqueda de Tito continúa
«Ola de solidaridad en Bolivia para hallar al “mejor amigo” de Andrea Iturre»
La búsqueda de Tito continúa. «Tengo mucha esperanza y fe de encontrarlo pronto», me cuenta Andrea Iturre, una joven boliviana que volvió a su país tras vivir años en Irlanda. El día 8 de diciembre, Iturre cogió un vuelo doméstico de Tarija a Santa Cruz que lamentablemente nunca olvidará. La compañía aérea estatal Boliviana de Aviación (BOA) no le permitió viajar con su gato en cabina, y se lo llevaron, en su jaula reglamentaria, a la bodega. El vuelo se retrasó un par de horas. Al aterrizar en Santa Cruz, un empleado de BOA le informó de que su gato se había extraviado. Según la aerolínea, Tito se había escapado de su caja y se perdió por el aeropuerto. Algo que su dueña rechaza: es imposible que su gato se saliera del transportín. Iturre denunció a BOA por negligencia y comenzó una campaña en redes sociales. Lo peor para ella ha sido «la falta de empatía y apoyo desde el momento que desapareció hasta el día de hoy» por parte de BOA. Es consciente de que «los errores humanos pueden existir, pero la manera como reaccionan después, dice mucho de la compañía aérea», critica la joven boliviana.
Después, BOA se sumaría a los esfuerzos de Iturre difundiendo carteles en busca de Tito: «Machito, castrado, de color blanco y plomo», se puede leer en póster. La recompensa, tanto de BOA como de Iturre, es de 500 dólares a quien encuentre al felino.
Tras saltar a los informativos, una ola de solidaridad recorrió Bolivia. Asociaciones pro-animales y voluntarios realizaron batidas para hallar a Tito. La movilización ciudadana fue sorprendente. El caso llegó al Gobierno, convirtiéndose en un asunto de Estado. Hasta el ministro de Consumo anunció entonces que contrataba a una espiritista, experta en animales, para el rastreo. “Sí, es cierto. La médium ya cumplió su contrato para ayudarme en la guía sobre el paradero de Tito».
A pesar de todo, Tito no ha aparecido. «Sigo con mis voluntarios y acudo a cada mensaje que me envían con pistas de gatitos», confiesa Iturre. Para ella, este inmenso apoyo le ha «sorprendido de la mejor manera, saber que existe gente que ama y respeta a los animalitos y se solidariza con mi caso es algo que siempre agradeceré».
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