Las correcciones
El ataque a Israel es un ataque a todos
Hamás ha roto el tablero regional con su asalto, pero también ha firmado su suicidio político
La gravedad de la voz del general retirado Giora Eiland al otro lado del teléfono contrasta con el tono desenfadado de conversaciones anteriores. Los israelíes suelen aborrecer los formalismos y hasta las personalidades prefieren una relación cercana con los periodistas. Estos días el tono es solemne. Los israelíes se muestran desconcertados y abatidos por el asalto a gran escala de Hamás. Las atrocidades del pasado fin de semana en Israel fueron la mayor masacre de judíos desde el Holocausto. Esto ha cambiado Oriente Medio tal y como lo conocíamos. Qué va a salir después de este enfrentamiento; está todavía por ver, pero nada puede ser igual a lo que había antes del 8 de octubre.
Eiland participó en la guerra de Yom Kippur como soldado raso y asegura que Israel se enfrenta ahora a un nivel de amenaza mayor que al de hace 50 años. ¿Por qué?, ¿cómo una organización terrorista puede suponer un desafío mayor al de dos ejércitos árabes juntos? Primero, las víctimas, responde Eiland. En 1973 fueron soldados, ahora han sido civiles. Los más vulnerables: mujeres, niños y ancianos. Fue un ataque indiscriminado contra los judíos, pero también contra españoles, británicos o estadounidenses.
La percepción en Israel es que la estrategia con la que se ha contenido a Hamás en Gaza ya no funciona. La ofensiva de los yihadistas por tierra, mar y aire ha expuesto nuevas vulnerabilidades. Egipto avisó a Israel de que Hamás estaba preparando algo gordo, pero Netanyahu subestimó a su enemigo. Ocurrió lo impensable: 1.200 muertos, en su inmensa mayoría inocentes sumados a los 150 rehenes, también, civiles. Catástrofe es la palabra que más repite el general durante la llamada. Eiland asegura que los enemigos de Israel (Hizbulá en Líbano y las milicias proiraníes en Siria) están mirando de cerca lo que ocurre estos días. Israel está obligado a restaurar en el mínimo tiempo posible su capacidad de disuasión. De eso -insiste el general curtido en mil batallas- depende la supervivencia del Estado judío. Israel -añade- debe ser lo más agresivo posible en Gaza. A Giora Eiland no se le puede tachar de antipalestino. Era Consejero de Seguridad Nacional de Ariel Sharon cuando éste ordenó la retirada de los asentamientos judíos de la Franja en 2005. Los palestinos podrían elegir su futuro. El resultado fue la llegada al poder de Hamás. Ahora Israel se enfrenta al dilema: «O ellos, o nosotros».
Las guerras, sin embargo, plantean muchas incógnitas y más las urbanas, que son devastadoras. La batalla por la ciudad de Faluya dejó alguno de los combates más encarnizados entre las tropas americanas y la contrainsurgencia suní. Estados Unidos y Europa han reconocido el derecho de Israel a la legítima defensa, pero desde Bruselas se ha cuestionado el asedio total a Gaza. Israel quiere actuar rápido antes de que pueda perder el favor de la comunidad internacional. La brutalidad de los crímenes de Hamás en Israel es el resultado lógico de una ideología fundamentalista que ha tenido como primeras víctimas -y eso no deberíamos olvidarlo- a la propia población palestina de Gaza. Hamás se había quedado fuera de los Acuerdos de Abraham y de la nueva configuración de Oriente Medio que había relegado el conflicto árabe israelí de la agenda. Con los ataques Hamás ha alterado esta tendencia, pero también ha firmado su suicidio político.
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