Aunque moleste
El caos que no cesa
Óscar Puente tiene tablas, pero le pierde la política barata
Nuevo caos ferroviario el pasado domingo, con 427 pasajeros tirados en medio de la nada en Córdoba, sin aire acondicionado, a más de 40 grados, en plena ola de calor, con bebés llorando, niños sudorosos gritando, mayores sedientos y padres alarmados ante la falta de respuesta de quienes debían tener todo previsto y, tras meses de incidencias y paros, siguen sin tomar medidas para atender a las personas cuando se repite un imprevisto de este tipo.
Hace un año algunos pasajeros rompieron las ventanas para poder respirar y estirar las piernas. El domingo acabaron montando a los afectados en un tren de repuesto, pero luego los dejaron en Sevilla sin más, pese a que iban a Cádiz. Y en Sevilla, búsquense ustedes la vida. Con lo fácil que hubiera sido ponerles un autobús. Claro que para eso tendría que haber un ministro trabajando, en vez de ganduleando en X. Una pena, porque Puente cuando se pone no lo hace mal, pero se ve que le cuesta. Le puede la bronca idiota, que no le va a dar votos sino al contrario: los perderá con este caos ferroviario que no cesa.
Contrariamente a lo que piensan algunos, los votantes sí que valoran la buena gestión. Que le pregunten si no a Alberto Ruiz-Gallardón, cuyas obras públicas fueron extraordinarias y ahí han quedado para disfrute de todos. Gallardón arrasaba en las urnas, y no por escribir en X, sino por gestionar el día a día de la gente con resultados a la vista. También lo hizo bien Álvarez Cascos, cuyas radiales han salvado de kilómetros de atasco a miles de madrileños y visitantes de la capital. E incluso Magdalena Álvarez. Condena de los ERE al margen, lady Aviaco realizó una extraordinaria labor modernizando la red aeroportuaria, y dejó huella en su tierra, Málaga, con unas autopistas y carreteras al nivel que exige la capital turística más importante del Sur de Europa. Algo de lo que debería aprender Moreno Bonilla, por cierto. El presidente de la Junta de Andalucía tiene un talante estupendo, pero al paso que va, será más recordado por arrancar olivos que por las obras públicas en su provincia, mayormente escasas. Eso sí, al menos no se dedica al exabrupto, como Óscar Puente. Si trabajara tanto como ladra, tendríamos al mejor ministro del Gobierno y una red modélica de alta velocidad, no sólo en kilómetros sino también en funcionamiento, mantenimiento y eficacia.
Es verdad que siempre puede haber accidentes y fallos, faltaría más. Pero cuando se cae la catenaria, se atranca una locomotora o roban el cobre, los de Adif y Renfe deben tener previsto un plan B de acción inmediata, para evitar que la gente esté 13 horas atrapada. Iberia soluciona estos problemas poniendo de inmediato un autobús para el pasaje. En vez de una hora se pueden tardar cinco, pero siempre será mejor eso que 13 tirados en La Mancha. Lo que sucede por falta de previsión. Por trabajar mal. Por culpa de Puente, como antes de Ábalos, cuyo logro más extraordinario fue el de colocar a sus amigas.
Llevan siete años gobernando y está todo peor que nunca. Hasta Pepe Blanco resolvía mejor que ellos. Al menos se quitó el disfraz de pregonero provocador para ponerse el de gestor. Puente tiene tablas. Lo demostró en la Dana. Pero le pierde la política barata.