Las cloacas del PSOE se desbordan contra Ayuso

Este miércoles asistimos a un espectáculo político lamentable. No imaginaba que el sanchismo actuaría de una forma tan zafia y barriobajera, pero se equivoca si piensa que la campaña orquestada para destruir personalmente a Ayuso servirá para tapar el multimillonario escándalo de las mascarillas que afecta a su gobierno y su partido. Lo mismo sucede con las imposiciones de Puigdemont y la humillación de una amnistía negociada con los delincuentes para otorgarles una impunidad total. La presidenta madrileña hizo otro ejercicio de transparencia respondiendo al acoso ordenado desde La Moncloa y defendió su inocencia, algo que sería innecesario en cualquier país de nuestro entorno. El asedio que sufre demuestra la desesperación de Sánchez que ha lanzado sus hordas por un tema empresarial de su pareja, que tiene derecho a que se respete la presunción de inocencia y que no es una persona pública. El único escándalo es la utilización del aparato del Estado en la Operación Ayuso. La Fiscalía y Hacienda han salido al rescate del sanchismo poniendo de manifiesto el alcance de las cloacas socialistas.

El cara a cara entre Sánchez y Feijóo en el Congreso muestra la debilidad del primero ante la corrupción política por sus cesiones al independentismo y la corrupción económica por el enriquecimiento ilícito de los comisionistas y los conseguidores encabezados por Koldo. Nada que ver con la pareja de Ayuso. A pesar de esta realidad, la izquierda política y mediática solo está interesada en pedir su dimisión mientras ignora las cloacas gubernamentales. Los que tienen que dimitir son la presidenta del Congreso, los ministros y los altos cargos pringados por las mascarillas. En cambio, Sánchez se dedicó a la crispación y la descalificación. Es curioso que en los escándalos del PSOE siempre aparezca la prostitución, los enriquecimientos ilícitos, las mariscadas, los casoplones y los coches de lujo. La tendencia hacia el sexo de pago es un hilo conductor muy inquietante que confirma que las cloacas no solo son políticas sino personales. La mejor respuesta de Feijóo a Sánchez es que nos veremos el 21 de abril en las elecciones vascas, el 12 de mayo en las catalanas y el 9 de junio en las europeas.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).