Política

Alfonso Merlos

Acordes y desacuerdos

Acordes y desacuerdos
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El señor Mas ha cogido el rábano por las hojas. Claramente. O no ha entendido el significado de las palabras del Rey o, más probablemente, no le interesa comprenderlo. Obvio que el Rey debía hacer una referencia a la denominada cuestión catalana. Iba de suyo. A todos los ciudadanos afecta porque se dirime nuestra integridad territorial.

Pero el reconocimiento de que hay un problema enquistado no supone que Felipe VI admita una relación de bilateralidad entre España y Cataluña (hablamos del todo y la parte). Y que asimismo haya llamado la atención sobre una coyuntura política que ha de ser superada tampoco supone que entienda que estamos ante dos bandos provocando fricciones, colisiones, enfrentamientos que tienen más de incívicos que de lo contrario. Son muy distintas las responsabilidades y las irresponsabilidades. Claro que al ayatolá en jefe del fracasado separatismo posmoderno no le conviene asumir que el quid reside en que hay un segmento de los políticos pretendiendo violar la ley y habiendo consumado ya varios atropellos. Y por supuesto que no va a hacer el más mínimo amago de autocrítica asumiendo que ha sido su peligroso proyecto el que ha deteriorado la convivencia entre gentes de bien.

Entre el nuevo jefe de Estado y el molt honorable puede haber algunos acordes. Los que marca el más elemental protocolo institucional. Pero no cabe la menor duda de que ahí están los desacuerdos. A la vista de todos. Y subrayados en un discurso que se ha esforzado en plantear la salvaguarda de la Constitución como elemento decisivo para mantenernos más unidos.