César Lumbreras

Agua, agua y agua

La Razón
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Hace unos años escuché a un vendedor de pisos decir que, a la hora de comprar uno había que tener en cuenta tres factores muy importantes: el primero, la ubicación; el segundo, la ubicación y, el tercero, la ubicación. Pues bien, en el plano de la política interna, Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, tiene tres retos para este año recién estrenado: el primero, el agua; el segundo, el agua y, el tercero, también el agua.

Además de seguir con atención lo que suceda en Bruselas sobre la futura Política Agrícola Común (PAC )y los acuerdos comerciales y de pelearse aquí para que el Gobierno español defienda de forma clara y contundente la necesidad de que esta política siga dotada con los fondos suficientes, la ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, y Medio Ambiente, debe ocuparse del problema del agua, o más bien de su escasez.

Hemos comenzado el nuevo año con las reservas de agua bajo mínimos y con una situación preocupante en bastantes cuencas fluviales, especialmente en las de los ríos Segura, Júcar y Duero, así como en la cabecera del Tajo, de donde se abastece el trasvase que llega hasta provincias como Murcia, Alicante y Almería. En las próximas semanas se van a empezar a movilizar los regantes de estas zonas y será solo el comienzo de lo que podría estar por llegar.

Aunque la situación ha mejorado ligeramente con carácter general, porque ha llovido un poco en ciertas regiones y también porque ha comenzado a acumularse nieve en las montañas, el panorama sigue siendo todavía muy complicado. A estas alturas casi nadie duda de que hace falta un Pacto de Estado en materia de agua para afrontar el problema de su escasez a corto y medio plazo.

Si en circunstancias normales, es decir, con las reservas de agua embalsadas en los pantanos en cifras mucho más altas y con un Gobierno con mayor número de diputados en el Congreso y dotado de más fortaleza política, conseguir este objetivo parece muy difícil, en la situación actual se me antoja una tarea titánica, por no decir prácticamente imposible.

Ahora bien, también es verdad que sólo cuando se está entre la espada y la pared se toman este tipo de acuerdos y decisiones. Y ahora nos encontramos entre la espada y la pared desnuda de los embalses españoles, con una gran parte del cemento de las presas al aire y al sol. Isabel García Tejerina y el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se la juegan este año, tanto si llueve, como si especialmente no lo hace.