Turismo

Banús como ejemplo

La Razón
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Según el nacionalismo separatista, los catalanes no hemos participado en la reciente historia de España, y hemos sido un pueblo oprimido y sojuzgado por el centralismo madrileño. Pero la falsedad en las premisas del secesionismo debe empezar a desmontarse con algún ejemplo. Josep Banús i Masdeu nació en 1906 en el pueblo tarraconense de La Masó, cerca de la ciudad de Valls, hijo de un emprendedor albañil que decidió emigrar a Madrid y de simpatías políticas derechistas. Siguió los pasos de su padre y ejerció como contratista de obras en las carreteras de acceso a la capital desde el norte de España. La contienda civil que enfrentó a los españoles le sorprendió en Madrid, detenido y vejado en agosto del 36 por milicianos al no llevar la documentación, decidió afiliarse a la Confederación Nacional de Trabajadores para evitar su asesinato. Destinado a un Hospital Militar anarquista en el frente de Somosierra, supo ganarse la confianza de los dos máximos responsables de su hospital, el doctor González Díaz y el dirigente sindicalista Antonio Iglesias, y empezó a organizar la llamada «Quinta columna» aprovechando su amistad con los anarquistas del hospital. Gracias a su talento y liderazgo convirtió su organización en una importante red de espionaje llamada «Grupo Banús» ubicada en el corazón del Madrid republicano que lideró junto a su amigo Joan María Bartolí i Bella (un aventurero catalán de Reus, instalado en Madrid y que moriría en el frente ruso enrolado en la «División Azul»). Durante meses golpeó la retaguardia republicana con sus informes, recibiendo órdeness del Servicio de Información a través de Radio Salamanca, hasta que en abril de 1938 el SIM le detuvo, juzgado en el Tribunal Especial de Guardia, fue condenado a muerte de la que se libró al finalizar la contienda. Terminada la guerra se convirtió en el referente español del promotor turístico y del desarrollismo de una sociedad que quería renacer de sus cenizas. Consiguió la concesión del suministro de áridos en Madrid, lo que le haría popularmente conocido como «El rey de las gravas», recibió el encargo de construir el Valle de los Caídos para lo cual se sirvió de presos políticos en régimen de trabajos forzados que puso a su disposición el régimen franquista, construyó nuevos accesos a la capital, la colonia residencial Mirasierra y levantó los barrios del Pilar y de la Concepción para ubicar la nueva y pujante clase media madrileña y que dieron acogida a decenas de miles de inmigrantes que llegaban procedentes de zonas rurales que querían encontrar un futuro mejor en la capital. Pero sobre todo es conocido por ser el impulsor del turismo de la costa del Sol al diseñar y construir en la ciudad de Marbella, el conocido «Puerto Banús», después de adquirir una antigua colonia agrícola que la transformó en la mayor urbanización de las marinas españolas, referente internacional y que dio cobertura a los planes desarrollistas españoles y permitió la apertura de España al mundo. Recibió numerosas condecoraciones y fue considerado un adelantado para su época, al ser el primer promotor-constructor español en realizar operaciones urbanísticas de gran escala desde el sector privado. Miles de catalanes de distintas ideologías han participado en el proyecto común español y en la proyección de Madrid. Con mejor o peor acierto, Banús como ejemplo de ello.