Carlos Rodríguez Braun

Círculo virtuoso

La Razón
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El gasto público es sumamente rígido, y las fases del ciclo sitúan a Hacienda en círculos viciosos y virtuosos, como el que vamos a vivir. La reducción del techo de gasto del Estado así lo ratifica.

A partir de 2007, a la resistencia a reducir el gasto se sumó el derrumbe de la recaudación. Ante ese panorama, y ante el pánico, probablemente fundado, del impacto electoral de un recorte apreciable del gasto, los gobiernos lo mantuvieron en términos nominales, aumentándolo en porcentaje del PIB. El déficit explotó, a pesar de las subidas de impuestos, que frenaron la recuperación, unas subidas de impuestos que, por cierto, no fueron suficientes para compensar la diferencia entre gastos e ingresos, y de ahí el notable aumento de la deuda pública, hasta el entorno del 100 % del PIB. La tasa de crecimiento de diversas partidas del gasto se frenó, pero porque subió muy acusadamente en dos partidas concretas: las prestaciones por desempleo y los pagos de intereses de la deuda pública.

La vuelta al crecimiento inaugura el círculo virtuoso. Baja el gasto por desempleo, porque cae el paro; aumenta la recaudación, porque sube la actividad e impacta sobre unos tipos fiscales mayores; y todo esto, sumado a intereses menores y un PIB al alza permite frenar la subida de la deuda pública sobre el PIB, e iniciar un lento camino a la baja.

De ahí que el ministro de Hacienda haya insistido, con razón, en que una cosa es el techo de gasto y otra cosa los recortes.