Cristina López Schlichting

Ciudadanos ante el peligro

La Razón
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No es que no haya gobierno en Cataluña, es que no hay candidatos, o tan sólo hay caricaturas de candidatos. Que Carles Puigdemont pretenda ser votado telemáticamente y gobernar a distancia es un insulto a la inteligencia. Que Oriol Junqueras consiga salir temporalmente de la cárcel para ser investido –cosa improbable– no le va a evitar la prisión más tarde. Marta Rovira también está imputada. En fin, que pinta negro hormiga. Ciudadanos no reúne los votos suficientes y así lo ha dejado claro Inés Arrimadas, pese a haber ganado las elecciones. En la misma circunstancia, Mariano Rajoy se quitó de en medio y dejó paso a la oposición (que tampoco fue capaz de formarlo).

Le critican sin embargo a Arrimadas no proceder al debate de investidura, aunque esté perdido de antemano. Se trataría de exponer desde la tribuna un programa de Gobierno y arrostrar las contrapropuestas. De exigir además el peso parlamentario que le corresponde. La sugerencia envenenada conlleva hacer visible la derrota en escaños de los constitucionalistas. Y evidenciar eventualmente que los Comunes votarían con los independentistas llegado el caso.

Es una decisión controvertida la que ha de tomar la interesante dirigente de Ciudadanos, de la que me confieso fan. Creo que es sincera y eso me tiene obnubilada. Se trata de una cualidad tan refractaria al político que estoy esperando a ver si va adquiriendo más conchas que un galápago –único camino realista posible– o la destrozan las fieras. Hacerse heridas gratuitas es tan inadecuado como debió establecer Rajoy, que es experto en no dejar que se las produzcan, así que no espero ver a Inés en la tribuna de candidatos a la presidencia de Cataluña.

Es una pena, sin embargo, privar a la opinión del espectáculo de lo que se ha perdido, mediante la exposición de un programa bien argumentado. Por dos razones fundamentales: porque hace falta el horizonte de una Cataluña normal, ocupada en cosas que no sean pura ideología fatua y, en segundo lugar, porque la panoplia de argumentos entraría inevitablemente en TV3, y hasta puede que ampliase los horizontes de algunos.

El punto débil de Ciudadanos es la política real. Apoyar gobiernos municipales o locales no constituye un examen importante. La gente tiene la sensación de que los naranjas flotan un poco en el aire de la teoría y no se sabe muy bien cómo se desempeñarían con los trastos de matar en el ruedo verdadero. A veces se han contradicho en temas importantes (la enseñanza concertada o el aborto) y no han probado aún tener la destreza que exige el día a día en el ejecutivo.

En fin, el día 17 se constituye la Cámara catalana e Inés Arrimadas tiene la molesta potestad de defender su candidatura y dejar engolosinado al electorado o retirarse al chiquero para esperar ver pasar el cadáver de su enemigo. No me gustaría tener que elegir. Entre otras cosas porque cada consejo va acompañado de los intereses del enemigo por verla estrellarse.