Política

Alfonso Merlos

Claro que sí

Claro que sí
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Normalidad y oportunidad. Y hasta necesidad. El anuncio de reabrir el museo militar de Barcelona no tiene nada de extraordinario, ni de improcedente. No es ninguna ocurrencia y, digan lo que digan los tarzanes del separatismo más asilvestrado, no representa ninguna provocación. Para nadie.

La historia de Cataluña es grande. La de España todavía más. Es lo que va de la parte al todo. Y es gratificante que los ciudadanos de esa puntera región de España (en tantos sentidos) puedan seguir observando y entendiendo lo que ellos mismos han representado y a lo que han ayudado en el pasado de esta inigualable nación. Así de simple y de rotundo.

Las decisiones institucionales en este país, de arriba hasta abajo, deben seguir su curso. Y ésta es una de ellas. Es saludable para la democracia y para el cotidiano funcionamiento del Estado. Nada importa en este punto lo que tenga que decir el díscolo y actual gobierno de Mas. Tampoco las protestas que se levanten desde las atolondradas filas de la Esquerra Republicana. Por no hablar de las bravatas antisistema de grupos menores que han estado jaleando durante meses un referéndum ilegal que ha terminado como el rosario de la aurora.

Frente a las actuaciones estrafalarias de pendencieros políticos nacionalistas están las de organismos hechos y derechos como el Ministerio de Defensa. Ésta es una prueba más. Y no hay que enmarcarla en un contexto de valentía, sino de naturalidad; no hay que explicarla más de lo debido, porque cae por su propio peso; no hay que leerla como una respuesta al desafío secesionista porque el Gobierno tiene su agenda, sus prioridades y sus motivos. Y si las compartimos la mayoría, mejor. Éste es el caso. Sí.