Política

Pilar Ferrer

Credibilidad vs. infamia

Credibilidad vs. infamia
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En medio de un terremoto político y mediático, pero fiel a su estilo. Sin perder los nervios, contundente, con absoluto compromiso de transparencia. Son las pautas de Rajoy, que habló ante la dirección del PP de rigor ético, nobleza de la política y descaradas conductas fariseas contra él, su partido y España. En este delicado momento, cuando sobran turbulencias, un Rajoy con serio semblante, sereno, aunque sin disimular su enfado por el daño interesado, negó cualquier acusación de sobresueldos ilegales. Y se permitió recordar que él sí sabe ganarse la vida.

A veces, la historia escribe caminos encontrados. En el año 86, Arturo García Tizón, entonces secretario general del PP, prescindió de un tal Luis Bárcenas. Ahora, Tizón, abogado del Estado, presidente de la Diputación de Toledo y «mano derecha» de Cospedal, recuerda cómo no le inspiraba confianza. Pero tres años después, con el retorno de don Manuel, aquel joven altivo regresó a Génova 13. De la mano de dos hombres, Ángel Sanchís y Luis Fraga, sobrino del «patrón fundador». Allí empezó a controlar las cuentas del partido, con tal habilidad que el estallido del «caso Naseiro» no le afectó. En aquel momento, Aznar decapitó a Naseiro, Arturo Moreno y al propio Sanchís. Por ello, acierta Rajoy al afirmar que en el PP, cuando algo irregular se ha detectado, se afronta y se actúa. Muchos han sido los dardos y las conjuras contra la derecha española hasta su llegada al poder. Mariano los conoce todos, pues todos han sido en el partido en el que lleva media vida. Su discurso reveló honradez y seguridad, ante esa «sombra de la sombra», que ahora llaman presuntas. Firme, con absoluto derecho a la defensa, sin amedrentarse. Ofreció algo muy necesario: limpieza y credibilidad frente a la infamia.