Iñaki Zaragüeta
Desconcierto en el PSOE
Una cosa es hacer oposición, mejor aún presentar una alternativa de Gobierno, y otra bien diferente realizarlo sin tener en cuenta la legalidad. El Partido Socialista no parece entender ni lo uno ni lo otro. La derrota del 20-N en 2011 parece haber dejado groguis a Rubalcaba y sus huestes, como aquel célebre guantazo en el hígado de Mando Ramos que dejó sin piernas a Pedro Carrasco en 1971. Aquéllos, además, parecen no tener el coraje del púgil onubense que, a pesar su maltrecho estado y con la ayuda del árbitro nigeriano, tuvo los redaños de levantarse y mantener el tipo.
Viene esto a cuento del zurriagazo que la Unión Europea va a darles al secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, y sus huestes, por la propuesta sobre los desahucios que quieren extender a toda España.
La Comisión ya advirtió de que cualquier modificación legal no puede originar costes extra al contribuyente ni afectar al saneamiento de la banca con fondos de la Unión Europea.
Tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como la Asociación Española de la Banca han avisado de los perjuicios que el proyecto andaluz ocasiona a las hipotecas, al sector de la construcción y al derecho de la propiedad privada, además de vulnerar la Ley.
Les da igual. El PSOE mantiene el desconcierto un año y medio después sin tener claro cuál es su camino para reencontrarse como una alternativa real, tan necesaria para España. Tal es la desorientación que, asustados y afligidos por la subida de los partidos de izquierda radical, dudan sobre si es la senda a seguir, sin percibir siquiera el límite de la realidad «la única verdad es la realidad» (Aristóteles). Una vez más, «como el borrico, por la linde». Así es la vida.
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