El camino correcto

¡Cuánta desmesura! ¡Qué forma de desbarrar! No. Aunque parezca lo contrario, el Gobierno de Cospedal no va a cerrar las Cortes regionales la mitad del año, ni va a sustituir a los diputados democráticamente elegidos por políticos en prácticas, ni ha cambiado las leyes para que cada voto para el PSOE valga cuarto y mitad de los emitidos en favor del Partido Popular.

Y ésta sin embargo es la impresión si uno escucha o ve o lee la reacción de socialistas y comunistas ante la decisión de adelgazar un Parlamento autonómico. Porque eso es todo. Porque eso es lo que demandan los ciudadanos de un tiempo a esta parte. Porque ésta es una medida oportuna que se inserta en el camino correcto de la regeneración. ¿Qué tiene que ver esto con un pucherazo como denuncian Cayo Lara y otros? ¿De dónde se colige que lo único que se consigue con esta iniciativa es recortar los derechos de la gente? ¿Qué tendrá que ver el culo con las témporas?

Está claro que no estamos ante una izquierda confundida, pero lo que sí quiere es confundir al personal. Y es una evidencia que toda guerra de guerrillas es buena para desgastar al PP y a su secretaria general.

Pero en esta ocasión pinchan en hueso. Porque España no tiene un problema de falta de gestores públicos sino en todo caso de exceso y, seguramente, de preparación y calidad y excelencia de muchos de ellos. Así que dejemos a un lado las interpretaciones baratas y de tercera división de las políticas reformistas que se están poniendo en práctica para salir del hoyo y, si es posible, digamos la verdad: la democracia no se debilita, se fortalece con este tipo de actuaciones. ¡Chapeau!