Con Chávez, con el petróleo aún caro, Venezuela daba traspiés. Con Maduro, batacazos. El bocazas de Maduro ha logrado recientemente:

-Que la mitad de los venezolanos vivan realmente en la pobreza.

-Que su país sea de los más inseguros del mundo y uno de los más corruptos de Iberoamérica.

-Que falten diariamente alimentos y medicinas básicos.

-Que la inflación supere el 200% en pocos meses y las divisas se esfumen.

-Que como reacción popular su partido sea barrido en las últimas elecciones. La oposición saca dos tercios de los escaños.

Sin embargo, Maduro y su camarilla proclaman que impedirán que se robe al pueblo venezolano la revolución bolivariana y que resistirán. Lo que equivale a que:

-Maduro en realidad no acepta los resultados electorales.

-Nombra aceleradamente un montón de cargos, jueces etc., para impedir que el nuevo congreso funcione normalmente.

-Impugna actas de diputados y crea asambleas paralelas para reducir el margen de maniobra de la oposición.

-El suyo, sin embargo, se acorta y lo traba. Los Reyes Magos traen una bajada del petróleo, con lo que ya puede comprar a poca gente.

Sigue siendo sorprendente que haya aún líderes iberoamericanos, y algún español, mudos sobre el tema. ¿Qué no dirían si el bocazas fuera un fascista de derechas?

Porque no nos engañemos, Maduro en su verborrea demagógica pregona que va a parar a los fascistas. Sin embargo, la realidad es otra: el fascista es él. De izquierdas, pero fascista. Hay varios.