Actualidad

Javier Flores

El peatón desafiante

La Razón
La RazónLa Razón

Una situación que todos hemos vivido en alguna ocasión al volante describe a la perfección la dinámica de la negociación entre Grecia y sus socios europeos: ésa en la que, contra todo pronóstico, un peatón imprudente, temerario y con actitud desafiante parece abalanzarse, con una sonrisa y aire despreocupado, sobre la calzada haciéndonos frenar en el último segundo a sabiendas de que aunque se arriesga a que le pasemos por encima haremos todo lo posible por evitar poner su seguridad en riesgo.

Lo que subyace en tal comportamiento es el sentimiento de superioridad y convicción del merecimiento de mayor dignidad de un peatón sobre el conductor de cualquier vehículo, hasta el punto de ofrecer un cuasi sacrificio personal en defensa de tal idea. Una y otra vez, y otra, y otra... vemos cómo se reproduce dicho comportamiento en instancias europeas, para mayor desesperación de quienes desean evitar a toda costa el temido impago por Grecia o incluso su salida del euro. Finalmente, Alemania estalló y aceptó el órdago griego: bien, si quieren hacer un referéndum adelante, pero a partir de ahora miren tres veces antes de cruzar, podía haber añadido, siguiendo con el símil anterior. Y es que la dinámica actual de negociación no solamente se deteriora a medida que se agota el tiempo (la fuga de depósitos en bancos griegos se ha acelerado a su mayor ritmo en una década, quedando en 135.000 millones frente a 235.000 millones en 2010 y el mercado estima actualmente en más de un 50% de probabilidad un default griego y por encima del 20% la salida de la moneda única), sino que en este momento ya no surten efecto alguno los gestos, es hora de acordar reformas concretas en negro sobre blanco, medidas que el gobierno de Tsipras no desea comprometer sin que ello sea visto como una renuncia a sus propuestas políticas (difícil ecuación). Y aunque hay espacio para el optimismo incluso en el peor escenario, pues una mayoría (55,5%) de los griegos desea permanecer en el euro y el BCE dispone de medios para contener la crisis, incluso cuando diésemos por superada esta última temporada, la realidad es que estamos lejos de conocer el final de esta serie: con una deuda del 177% sobre PIB es más que probable que, después del actual, Grecia requiera un nuevo rescate. Conduzcan con precaución.

*Responsable del Servicio de Estudios y Análisis de Asinver