Enrique López
Hay jueces en Venezuela
En el año 2011, durante la apertura del Año Judicial en Venezuela, el magistrado orador, miembro de la Corte Suprema, instó a los 1.275 jueces que se congregaron en el acto a construir el socialismo en Venezuela, y dedicó buena parte de su discurso a la crisis terminal que desde su punto de vista sufre el capitalismo mundial, así como a la inevitable emergencia del socialismo. ¿Alguien se imagina un discurso similar en España? Afortunadamente, es imposible. Éste es el ambiente en el que se ejerce justicia en Venezuela, ambiente en el que defender la independencia judicial debe de resultar extremadamente difícil. No seré yo quien cuestione la imparcialidad de los jueces venezolanos, pero reconozco la dificultad en un escenario de tan poco respeto al Estado de Derecho y a la independencia judicial. Por ello, para los jueces que tratan de ser independientes, que los hay y muchos, mi admiración; para los que no lo pueden ser, mi comprensión, y para los que no quieren serlo, mi más profundo rechazo. En este contexto es en el que hay que enmarcar la situación de los políticos opositores López y Ceballos, que están siendo investigados y juzgados por sendos delitos de rebelión, al ser considerados responsables de los disturbios provocados en diferentes protestas de la población contra el régimen, en las que han resultado varias personas muertas. La transmutación del régimen venezolano puede estar convirtiendo al poder judicial en una mera correa de transmisión del poder ejecutivo, y en instrumento legitimador de sus decisiones. Una democracia fuerte y sana no puede criminalizar a la oposición política, y no debe utilizar el código penal y su aplicación como un instrumento político al servicio del mantenimiento del poder por un partido, y de eso en España sabemos algo. Debemos ayudar a aquellos que están defendiendo la democracia y el Estado de Derecho.
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