Crisis en el PSC

Iceta en Baviera

La Razón
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El duelo entre Miquel Iceta y Nuria Parlón por la secretaría de los socialistas catalanes ha emulado al choque de trenes Trump-Clinton con la diferencia de que aquellos dos pretenden lo mismo: un «encaje» de Cataluña con España. Puestos a hacer bolillos también habría que encajar al reino de Castilla con más títulos, singularidades, Historia, cultura y lengua propia que la que los secesionistas puedan esgrimir ante lo que es España desde la noche de los tiempos. Pero ya se lo advertía el conejo a Alicia: «Lo que importa no es el valor de las palabras; lo importante es saber quién manda». La elección entre iguales quedó partida en dos, con un 50% de abstención que comprenderá a tantos socialistas catalanes que no entienden que el Principado haya de someterse al Comité de Descolonización, ni encuentran tratado sobre el estratosférico «derecho a decidir». Iceta fue el incansable urdidor de los tripartitos catalanes (PSC-ERC -ecosocialistas) que por sacar del Gobierno a Convergencia cayeron en manos del peor maloliente pujolismo, en uno de los episodios más disparatados de nuestra política. Presidido por ZP el «Pacto del Tinell» fue la genial idea de excluir a las derechas abrochándose a los radicales, estado febril que no ha remitido. Pareciera que Iceta se cree Franz Josef Strauss y confunde la unión Socialcristiana de Baviera (CSU) con el PSC: algo más que un partido asociado sino determinante. Baviera es el Estado (libre) más grande de Alemania que gana sus elecciones desde 1947 y asociado con la CDU se dirige de tú a tú hasta con Angela Merkel. El histrión de Iceta ha ido de 43 diputados a 7 y sigue predicando el no al PP desde su minarete. Se ignora por qué el PSOE no abrió a tiempo banderín de enganche en Cataluña reduciendo el PSC a excrecencia del nacional-populismo. En toda Europa hay partidos regionalistas grapados a formaciones nacionales con las que convergen, pero suman y no dividen, no son reinos de Taifas, ni imponen la parte sobre el todo. Si los escasos siete de la fama votan no a Rajoy dañarán al PSOE aumentando su confusión. Otra «icetada». Para la anécdota queda la idiocia de los asesores de nuestras izquierdas. Despidiéndose de un debate sorprendió ZP con un «buenas noches y buena suerte», porque sonaba. El título de la película de George Clooney sobre el Macarthysmo; y el «no es no» es el celebérrimo poema de Hugo Finkelstein.