María José Navarro

Marca España

Se llama Raúl Campos Folgado. Tiene treinta y tres años. Hace seis decidió marcharse a Escocia a aprender inglés. Marcharse a Escocia a aprender inglés es una actividad únicamente recomendada a los muy osados y valientes, ojo. No se me vayan a animar y vuelvan Vds con un acento absolutamente incomprensible sobre todo en los países de habla inglesa. Raúl se marchó a Escocia con una mano delante y otra detrás y con una hipoteca por pagar. Cuando digo con una mano delante y otra detrás no me refiero a que no tenía oficio ni beneficio, no. Había estudiado educación infantil e informática pero conducía autobuses. El típico español de los últimos años, vaya. El caso es que Raúl dejó su piso en Coslada al que se trasladaron sus padres para aliviar deudas y se plantó en Escocia para aprender inglés. Primero fregó muchos platos (tantos como se pueden fregar en setenta horas a la semana, que son muchas horas, oigan), luego ascendió a camarero y un día vio un anuncio que buscaba conductores de autobuses turísticos para el verano. Tan buen resultado dio que le llamaron para la empresa que lleva las líneas regulares en Edimburgo. Hace un año le dieron un premio. El de mejor conductor favorito de la ciudad. Hace una semana, le dieron otro. El de mejor conductor de autobuses de todo el Reino Unido. Se lo ha ganado gracias a las cartas que comenzaron a llegar al departamento de atención al cliente de su empresa, cartas de agradecimiento por la amabilidad y simpatía de Raúl, digno hijo de Antonio Campos, conductor de primera de los autobuses de Madrid. Marca España, dicen. Ahí la tienen.