El desafío independentista

Negras tormentas, nubes oscuras

La Razón
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España sigue siendo el lugar más saludable para vivir en Europa, y posiblemente del mundo, según publica la revista médica «The Lancet» (medio que ocupa el segundo lugar en impacto en la comunidad médica internacional), con un promedio de 70,9 años de vida saludable, y una esperanza de vida de 81,4 años. Y es que en España se vive bien. Dieta mediterránea, playas, paisajes, monumentos, clima envidiable, la siesta, la fiesta, la diversidad cultural, el legado histórico y sobre todo un país lleno de gente amable, simpática, relajada, acogedora y hospitalaria que intenta tomarse la vida con alegría, pero sin perder el espíritu emprendedor que siempre nos ha caracterizado.

Paralelamente a nuestra privilegiada situación geográfica y al propio carácter hispano, los datos macroeconómicos alientan a la esperanza de un incremento en la mejora de la calidad de vida del ciudadano español. La semana pasada, el FMI elevó la previsión de crecimiento de España para este año y el que viene, calculando el dato de crecimiento del PIB del 3,1% –cinco décimas más que las de la última previsión– y asegurando que el año próximo la economía española seguirá en línea ascendente. España cumplirá además los objetivos de déficit pactados con Bruselas tanto este año como el siguiente con un déficit presupuestario por debajo del 4,6% pactado, mientras que para 2017 el déficit será del 3,1%, en línea con el objetivo marcado, y en 2018 el déficit previsto será del 2,2%. Por último, los datos referentes al paro también muestran síntomas de clara mejora, con una tasa de paro media que se prevé bajará hasta el 19,4% este año y al 18% en 2017.

Sin embargo, negras tormentas agitarán los vientos y nubes oscuras aparecerán en el horizonte de España procedentes del viejo principado catalán, y que probablemente afectarán a nuestro futuro como nación y los puentes de unión se someterán a un fuerte seísmo destructor con la complicidad de los antisistema instalados cómodamente en tertulias televisivas. El camino trazado por el Parlamento catalán tiene un difícil retorno, la propuesta de un referéndum rupturista tiene un amplio consenso entre la población catalana debido al adoctrinamiento recibido durante largo tiempo y los partidos separatistas empujan al enfrentamiento con la Administración española, tratando de provocar una reacción agresiva del Estado que justifique la simpatía de la comunidad internacional. La ruptura de la sociedad catalana ya es una realidad, el enfrentamiento todavía no se ha producido, pero éste será el siguiente paso del separatismo.

Mientras, Puigdemont y su partido menguante plantean la ruptura con guante de seda, una ERC agazapada está esperando su oportunidad de romper el tablero español, liderada por su orondo líder Junqueras, hoy escondido en el Palau de la Generalitat como vicepresidente y administrador de los menguados recursos, teje una alianza con los ultras de la CUP y el nuevo partido separatista que anda pergeñando Colau. Un nuevo «Front Popular» de revanchistas y radicales como en 1936 se está formando en Cataluña. Y conseguirán una mayoría política indiscutible. El Estado debe actuar ya. Es la hora de invertir el proceso y escampar nubes y tormentas con todos los medios.