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Otra copa

La Razón
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Con un poco de suerte y buena voluntad, las elecciones de la Federación Española de Fútbol serán en marzo de 2017. Es lo que cree que va a ocurrir José Ramón Lete, nuevo inquilino del Consejo Superior de Deportes, nombrado por Íñigo Méndez de Vigo, el ministro dialogante que ha conseguido empezar a poner orden en Educación al suprimir las reválidas. Si él ha llegado a un acuerdo con los consejeros autonómicos, algo así como hollar un 8.000 sin oxígeno, difícil será no coronar la atalaya de Villar. Hay conversaciones e intermediarios que trabajan en ambas direcciones para que la paz reine, no sólo en la RFEF sino en todo el deporte español. Y mientras tanto, la Copa.

Si hay negociaciones abiertas, tratados a punto de firma y convenios sensibles de revisión, seguro que existe por lo menos una posibilidad de reexaminar el formato de la Copa del Rey. De no ser por la hazaña del Hércules, al empatar con este Barcelona que en los últimos partidos no lo reconoce ni la madre que lo parió, y que salvo improbable «alcorconazo» pasará factura en el Camp Nou, las confrontaciones a doble partido han vuelto a dejar herida la credibilidad de la competición. El Madrid ha saldado el compromiso con la Cultural después de endosarle 13 goles, siete en la ida y seis en la devolución de visita. Castigo excesivo para un equipo y una afición que, sin embargo, reciben el correctivo no con resignación sino con gozo por lo que supone el primer encuentro para las modestas arcas del club. El Atlético ganó 0-6 en Guijuelo y el Sevilla, 1-5 en Formentera. Ambas eliminatorias, resueltas con antelación con la penitencia asegurada para goleadores y goleados en la vuelta en el Calderón y en el Pizjuán. Urge la revisión.