Política

Angel del Río

Vuelve un clásico

Vuelve un clásico
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En el siglo XIX el parque del Retiro era el primer lugar de atracciones de Madrid. Patinaje sobre hielo en el estanque, en los duros días invernales; el teatro de Rossini, para animar las veladas de las sofocantes noches de la canícula madrileña; variedades de guiñol, cita en la chocolatería de María Juana, y diversas atracciones más. Ya mediado el siglo pasado, el primer parque histórico de Madrid continuaba siendo el foco de atracción para los madrileños y visitantes en general, con temporadas de circo de carpa móvil; incluso, cuando todavía la sensibilidad por el medio ambiente no era ni siquiera una presunción de futuro a corto plazo, en el Paseo de Coches se celebraban pruebas de velocidad, y recuerdo que en mis años infantiles llegué a presenciar un gran premio de motociclismo, cuestión ahora impensable.

Poco a poco, fueron desapareciendo este tipo de atracciones en aras de conceder al parque del Retiro la mayor protección medioambiental posible. Pero la sala de fiestas Florida Park permaneció como uno de los emblemas del parque, pese a que algunos puristas de la conservación, intentaron convencer al Ayuntamiento de que saldara la concesión. Florida Park ha sido un clásico de las salas de fiestas del Madrid de los años cincuenta. Lugar de moda durante varias décadas, comenzó una decadencia ostensible, hasta quedar reducida su actividad a actos muy concretos, incluso a concursos y certámenes de índole menor. Tras un tiempo de silencio y olvido, Florida Park va a volver a la actividad, aunque no como sala de fiestas, sino como punto gastronómico que aspira a ser un referente dentro del amplio mapa de la restauración en Madrid. Regresa un clásico de los locales de la capital, que sobrevivieron a duras penas al cambio social, al nuevo tipo de ocio, y últimamente, a la crisis. Está bien que locales que han formado parte de la historia de una ciudad no acaben muriendo de inanición económica y administrativa, aunque tengan que adaptarse a otros usos. Florida Park, florece en el bucólico otoño del Retiro. Me alegro.