La situación

Ni contigo ni sin ti

«En realidad, fue Vox el partido que rompió con el PP hace semanas cuando se negó a dar su voto a Ayuso»

No es fácil ser Feijóo. No es fácil ser el líder del principal partido de la oposición que aspira a sustituir al Gobierno actual, que no quiere hacerlo con la desaconsejable compañía de Vox, pero que probablemente no pueda ser presidente sin Vox. No hay muchos precedentes de que alguien haya cuadrado un círculo como ese con el necesario virtuosismo, pero cosas veredes en política.

Feijóo se evaporó la semana pasada, durante el debate de la extravagante moción de censura de Vox, externalizada a Ramón Tamames. El líder del PP se fue a Bruselas, mientras sus diputados optaban por una ecléctica abstención, y mientras Pedro Sánchez ocupaba una mayor porción de sus interminables discursos parlamentarios en criticar al ausente líder del PP, que a quienes presentaban la moción. Y veinticuatro horas después, Isabel Díaz Ayuso actuaba como ariete de su partido, dando por rotas las relaciones con Vox a dos meses de las elecciones autonómicas. En realidad, fue Vox el partido que rompió con el PP hace semanas cuando se negó a dar su voto a Ayuso y dejó al gobierno madrileño sin presupuestos. Pero ni contigo ni sin tienen mis males remedio. Con Vox, porque su presencia contamina al PP. Sin Vox, porque el PP definitivamente no gobierna. Teatrillo, como dice el ministro Félix Bolaños.

Sin embargo, la parte débil del discurso monclovita es la misma que la parte fuerte. Porque es difícil justificar las críticas a una eventual coalición de PP y Vox, cuando Pedro Sánchez enarbola su coalición con Yolanda Díaz y Podemos y ERC y Bildu como el gran invento político que hayan visto los tiempos. El PSOE trata de convencer a los españoles de que un pacto de la izquierda con la extrema izquierda y los independentistas no es equiparable a un pacto de la derecha con la extrema derecha. Quizá lo consiga. Quizá, no.

Hasta que apareció en nuestras vidas la conocida como «nueva política», los españoles estábamos constreñidos a elegir entre un gobierno del PSOE o uno del PP. Ahora tenemos que elegir entre un bloque de izquierdas o un bloque de derechas. ¿En qué hemos mejorado?