Editorial

Los cribados de la ministra

Esta suerte de ruleta rusa delata la conducta penosa de Mónica García

A Mónica García los cribados de cáncer que le ocupan y le preocupan mañana, tarde y noche son los de mama en Andalucía, y cualquier otro similar siempre que la responsabilidad corresponda a administraciones del PP. Si no se dan estás variables, todo es relativo; es más, ni siquiera necesario. Es lo que sucede con los programas de detección precoz del cáncer de pulmón que la ministra de Sanidad ha vetado amparada en argumentos caducos de un estudio sobrepasado y cuestionado por hasta seis sociedades médicas además de por la experiencia empírica en otros países europeos. El consenso de los especialistas en el manejo de esta patología concluye que el cribado mejoraría en ocho años la supervivencia en estados iniciales de la enfermedad. Pero Mónica García lo refuta con palabrería obsoleta sobre falsos positivos y sobrediagnósticos. Esta suerte de ruleta rusa delata su conducta penosa.