La situación

Las cuentas de Vox (y del PP)

Después del 28M, en las sedes de los partidos se van a hacer muchas cuentas y aún más cábalas.

El próximo día 28, cuando se abran las urnas y se cuenten los votos, asistiremos a un evento político de primera magnitud. Esa noche sabremos si, como auguran los sondeos –excepción hecha del CIS– el PP consigue más votos que el PSOE en unas elecciones de ámbito nacional, por primera vez en siete años (su última victoria fue en las generales de 2016, cuando ganó Rajoy, antes de que Pedro Sánchez presentara su exitosa moción de censura en 2018). También podría darse el caso de que los populares fuesen la primera fuerza política en varias comunidades y ayuntamientos, pero que eso no le asegure gobernar. Y es ahí donde empieza lo importante: habrá territorios en los que el PP podría gobernar sí, y solo sí, recibe el apoyo de Vox.

Está en la naturaleza de las cosas, que el partido de Santiago Abascal no se entregue sin más a los designios de Génova 13, y exija la cuota de poder que considere que debe ser suya, en función del reparto de votos que haya salido de las urnas. Así lo hizo en Castilla y León, con el beneplácito, al menos implícito, de Alberto Núñez Feijóo (aún no era presidente del PP, pero sí era la única autoridad real en el partido).

La situación será más compleja después del 28M, porque para entonces no se tratará de una única comunidad autónoma ni de un único ayuntamiento. Ese será test de estrés al que se someterá el PP. Pero también, al que se someterá Vox, porque podría verse obligado a dar apoyo semigratuito al PP para evitar gobiernos de izquierdas o, por el contrario, tendría que dar explicaciones a sus votantes sobre por qué consintió que gobernará el PSOE con sus socios en determinados territorios, pudiendo haberlo evitado con un simple apoyo a la investidura del candidato del PP.

Después del 28M, en las sedes de los partidos se van a hacer muchas cuentas y aún más cábalas. Y nada de lo ocurra en comunidades autónomas y ayuntamientos resultará inocuo a los efectos de lo que vendrá después: las elecciones generales.