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Y volvieron cantando

Dilemas electorales

Cambio de ciclo sí, pero con la dificultad para Feijóo de articular un discurso en el que no destape los pies por el centro a costa de cubrir la cabeza por su derecha

Castilla y León confirmada, pronto Andalucía y tal vez alguna otra comunidad ya se brindan como los primeros grandes ensayos de la «fiesta de la democracia» que se nos vienen encima. Sin presupuestos, sin una mayoría parlamentaria estable en torno a un gobierno que no puede gobernar, con el aliento de la justicia sobre la nuca del entorno del propio presidente y sin la más mínima intención de este por un nuevo reparto de cartas vía adelanto electoral, el año y medio que se perfila hasta que toque la llamada a las urnas promete convertirse en el marco de una legislatura inane y, al mismo tiempo, para mas inri de los ciudadanos españoles, en la más larga y tortuosa precampaña electoral que haya vivido el país amenazando con fundir todos los filamentos de resistencia en el sistema. El cambio de ciclo parece atisbarse cada día con mayor claridad, lo que no significa que tenga que acabar traduciéndose necesariamente en el mapa político convencional presidido por el bipartidismo como tal vez sería de desear.

Es aquí donde entra en juego la disyuntiva en la que se encuentra el PP de Núñez Feijóo marcada por la doble pregunta de cómo relacionarse con el partido de Abascal y al mismo tiempo cómo conseguir arrumbarlo en una irrelevancia que cada día sondeos en mano se muestra mas quimérica. Los mimbres de los populares son los que son a la hora de echar cuentas para que otro gallego lleve a la derecha a la Moncloa, sobre todo porque el PSOE con la que cae ya ha bajado todo lo que tenía que bajar y si acaso experimentará un paulatino rebote fagocitando a Sumar con su giro a la izquierda y abandono del centro político, pero es que Vox sigue creciendo y además la coyuntura (inmigración o toma de la calle por las izquierdas) ayuda a ello.

Ergo, cambio de ciclo sí, pero con la dificultad para Feijóo de articular un discurso en el que no destape los pies por el centro a costa de cubrir la cabeza por su derecha. Tampoco será sencillo para este irreconocible PSOE de Sánchez, sencillamente porque el intento por tomar el espacio de Podemos/Sumar una vez que baje el suflé de Gaza chocará con las exigencias europeas traducidas en el mayor aumento de gasto militar entre otros conceptos. Año y medio en política es toda una eternidad.