Valencia
El PP retiene su base electoral
Cuando aún faltan dos años para que se celebren las próximas elecciones autonómicas y municipales, la encuesta de intención de voto elaborada por NC Report para LA RAZÓN muestra una cierta pérdida de apoyos para el Partido Popular, que puede dejarle sin mayoría absoluta en tres de las regiones que hoy gobierna: Madrid, Valencia y Cantabria. Hay que hacer, sin embargo, la salvedad de que el trabajo de campo se ha llevado a cabo cuando los coletazos de la crisis económica son fuertes, especialmente en las comunidades de Valencia, Murcia y Castilla-La Mancha; las medidas de ajuste apenas comienzan a dar los primeros resultados positivos, y se asiste a una intensa y demagógica agitación callejera de la izquierda, con incidencia en los principales servicios sociales y en un asunto tan sensible como los problemas de la vivienda. Es, por tanto, del todo lógico que los populares acusen el desgaste de la responsabilidad de gobierno y, en cierto sentido, sorprende que, de las trece comunidades autónomas estudiadas, el Partido Popular mantenga cómodamente el respaldo de las urnas en Baleares, Murcia, las dos Castillas, La Rioja, Aragón y Extremadura, mientras que seguiría siendo el más votado, con diferencia, en Madrid, Valencia y Cantabria. De ahí, que la principal anomalía del sondeo se encuentra en la actitud de los encuestados con respecto al principal partido de la oposición, el PSOE, que no sólo no se beneficia del desgaste de los distintos gobiernos autonómicos, obligados por las circunstancias a reducir sus políticas presupuestarias, sino que pierde votos en todas las circunscripciones, superando sus peores resultados históricos. Es paradigmática, por ejemplo, la caída libre que en la intención de voto están sufriendo los socialistas en Madrid, donde el liderazgo de Tomás Gómez puede llevar a su partido a perder la hegemonía de la izquierda en favor de los comunistas. Esos malos resultados, que no compensa el incremento que se pronostica para IU, obligarían a formar un probemático tripartito –con UPyD, que doblaría sus escaños– para arrebatar la región a los populares. Lo mismo, pero aumentado, ocurriría en la Comunidad Valenciana, donde el PSPV alcanza un nuevo suelo, y sería preciso un cuatripartito – con UPyD y Compromis– para desalojar al Gobierno del Partido Popular. Pero como exponíamos al principio, aún faltan dos años para que se celebren los comicios y es seguro que la mejora en las condiciones económicas devolverá a los populares parte de los apoyos perdidos. Su base electoral, pese a todo, se mantiene mayoritariamente fiel, entre otras cuestiones porque comprende las dificultades a las que se enfrentan tanto los gobiernos autonómicos, como el de la Nación.
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