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Junqueras aspira a ser el independentista sensato

La Razón
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En las filas del independentismo catalán empieza a tomar cuerpo la idea de que el referéndum que supuestamente se celebrará en septiembre de 2017 es sólo un reclamo para la movilización, pero que difícilmente podrá llevarse a cabo unilateralmente. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado su celebración a pesar de la advertencia del Tribunal Constitucional, o precisamente por ello: para mantener activo el «proceso» y el enfrentamiento con el Estado. El elector moderado de la antigua Convergència –que todavía debe existir– espera que alguien con sensatez se haga cargo de la situación, pero sólo encuentra a un partido al servicio de un minoritario grupo antisistema: la CUP. El Gobierno tiene serios problemas para encontrar un interlocutor solvente, y aunque Oriol Junquera, líder de ERC, haga esfuerzos por representar el nacionalismo más moderado, no deja de ser un independentista radical que sólo quiere que el «proceso» avance con un paso más lento aunque con el objetivo final claro. De ahí que para Junqueras lo prioritario no sea tanto un referéndum unilateral sino alcanzar la presidencia de la Generalitat. En sus planes entraría precipitar nuevos comicios y, ahora sí, convertirse en el interlocutor fiable con el único objetivo de la independencia.