Siria

Un Gobierno estable

El Gobierno ha querido ser madrugador en su vuelta a la actividad política. Hay demasiadas cosas en juego como para retardar el inicio del curso, aunque, comparar este agosto con el del año pasado –con la economía española en vilo por el susto de un virtual rescate– invita a levantar el ánimo o, por lo menos, a seguir trabajando en la misma línea. Éste es el planteamiento de Mariano Rajoy. El camino de las políticas reformistas está marcado y la agenda que tiene que afrontar el Gobierno es igualmente clara. Tras el Consejo de Ministros celebrado ayer, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, insistió en que por encima de los debates sobre una posible remodelación del Ejecutivo, lo fundamental era seguir poniendo en marcha leyes y reformas que impulsen el crecimiento en España. «No tengo la cabeza en nada que no sea este desempeño», dijo. Muchos estarían encantados en encastillar la política en discusiones que sólo alentan las conspiraciones partidistas. La estabilidad política es sin duda clave en este momento. Los datos económicos no han empeorado y, sobre todo, hay señales de que la política de ajustes emprendida está dando resultados. El déficit del Estado ha bajado un 3,2%, según datos hechos públicos ayer; de esta manera, se ha moderado en 0,15 puntos respecto a 1012. El pasado jueves, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, hizo un balance en el Congreso de la reforma laboral, que ha evitado la destrucción de 225.800 empleos.

La agenda del Gobierno arranca con la presentación, a finales de septiembre, de los Presupuestos Generales del Estado, la verdadera herramienta política para impulsar la economía (por lo menos en la parte del Presupuesto no comprometido por partidas fijas). Si la previsión es que el año que viene la economía crezca un 0,5%, el techo de gasto incrementaría un 2,7%, lo que en cifras supondría 6.467 millones de euros más. La prima de riesgo cerró el mes de agosto a 268 puntos, casi la mitad que hace un año, cuando estaba situada en 527. Capítulo aparte es la negociación que deben afrontar patronal y sindicatos sobre las nuevas fórmulas de contratación. Las posiciones están enfrentadas y, además, el FMI y la Comisión Europea creen que estas reformas deben ser más profundas, por lo que es necesario un compromiso de las partes. Hay, sin embargo, dos citas internacionales de importancia. Por un lado, la reunión del G-20 en Rusia, en un momento de conflicto abierto con Siria y con una casi segura intervención militar, y, sobre todo, las elecciones alemanas del 22 de septiembre. Angela Merkel confía en continuar en la Cancillería, lo que abre la perspectiva deseada por todos –afines o no ideológicamente– de que en este caso podría suavizar sus políticas de austeridad acérrimas. Sin duda, Mariano Rajoy tendrá un ojo puesto en estos resultados.