España

Una encuesta secesionista

El mapa electoral descrito por el último barómetro de la Generalitat de Cataluña muestra un estancamiento del voto independentista, o por lo menos, a la pregunta tan alegremente formulada de «¿si mañana se hiciese un referéndum para decidir la independencia de Cataluña, usted qué haría?». Un 54,7% dice votar a favor de la independencia frente a un 22,1% que votaría en contra. En la última encuesta del mes de junio la ruptura con el resto de España llegó al 55,6%. La primera reflexión a la que invitan estos datos y, sobre todo, la pregunta planteada es que el «derecho a decidir» que esgrimen los soberanistas de toda intensidad está basado sólo en la consecución de la independencia, porque, siendo ese supuesto derecho el que articula toda la estrategia separatista, no aparece en ningún momento en esta encuesta. El barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) conviene ser analizado con detenimiento: cuando se dice «cree que Cataluña debería ser...», el resultado es que un 48,5 se inclina por «un estado independiente», frente a al 21,3, que lo hace por «un estado dentro de una España federal» y un 18,6 por «una comunidad autónoma de España». Es decir, el federalismo sólo se incluye si Cataluña es también un Estado. La falta de rigor, o la clara manipulación, es evidente. Hay un dato fundamental que ha mostrado que la independencia tendría consecuencias negativas, entre otras: el anuncio de la UE de que una Cataluña fuera de España supondría su exclusión de Europa. Pues bien, no existe ninguna pregunta sobre qué piensa el encuestado de la decisión comunitaria y si, en todo caso, seguiría apoyando una independencia que económica y socialmente supondría un claro retroceso. Sin embargo, la encuesta está trufada de preguntas comparativas entre Cataluña y España que sólo hacen que abundar en los agravios nacionalistas, como si fueran dos entes que ni política ni económicamente –suponemos que socialmente tampoco– tienen nada que ver y estuviesen al margen del mercado global. Es tal la intoxicación soberanista en esta encuenta, que, a la pregunta que mide el grado de satisfacción con «nuestra democracia» (la ambigüedad en este caso debe entenderse que es el sistema político que garantiza la Constitución española), un 84,2 dice no estar satisfecho («poco» y «nada»). El uso, por lo tanto, de dicho organismo dependiente de la Generalitat es claramente partidista y al servicio de los intereses estratégicos del soberanismo político. Finalmente, el barómetro confirma una tendencia que ya habían avanzado otras encuestas: ERC superaría a CiU, el PSC prosseguiría su hundimiento y Ciutadans se situaría como tercera fuerza. Y un dato a tener en cuenta: el paro y la precariedad laboral (60,9) son el principal problema frente a las relaciones Cataluña-España (24,9).