A pesar del...

Emergencias, de Warren a Trump

El miedo es, como digo, un ingrediente fundamental en la propaganda antiliberal, como lo es la ignorancia de la realidad

La mentira es una forma de corrupción, a la que suele tender el poder, como diagnosticó Lord Acton. A medida que se intensifican las incursiones punitivas contra los derechos y libertades del pueblo, la mentira es cada vez más necesaria para neutralizar la reacción hostil de la gente y garantizar su sometimiento pacífico.

El miedo es un ingrediente fundamental de dichas incursiones, por su carácter paralizador. De ahí el abuso del recurso a la noción de emergencia. Podemos verlo en gobernantes aparentemente opuestos de España y Estados Unidos.

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, es muy diestro en el manejo de todos los trucos destinados a desactivar la resistencia popular apelando al pánico. Entre sus numerosos ardides para eludir responsabilidades está la apelación constante a la «emergencia climática». Nótese la nueva y perentoria retórica: no es el cambio climático, sino la emergencia, palabra cuya tercera acepción en el DRAE es la pertinente: «Situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata». Esa inmediatez es la clave porque conmina a la obediencia.

Por supuesto, hay otras mentiras concatenadas, como la muy importante monopolización de la «ciencia», porque si no somos socialistas, entonces le damos la espalda y pasamos a ser «negacionistas».

El miedo es, como digo, un ingrediente fundamental en la propaganda antiliberal, como lo es la ignorancia de la realidad. Hace casi 20 años denuncié que el carné por puntos se imponía dando por sentado que las víctimas de accidentes de coche aumentaban, cuando en realidad disminuían –«La libertad por puntos», ABC, 30 junio 2006, aquí: http://bit.ly/4pS7W6N.

Algo parecido le sucede a Donald Trump con su despliegue de la Guardia Nacional para lidiar con la «emergencia» de inseguridad en Washington DC y otros lugares. Su justificación es el incremento de la violencia, lo que es falso: las cifras de delitos y víctimas en la capital están disminuyendo desde hace décadas.

Como apuntó en el Cato Institute Patrick G. Eddington, que fue miembro de la seguridad americana, la decisión de Trump no tiene nada que ver con el control del crimen, sino que pretende «intimidar a los cargos electos Demócratas en grandes áreas urbanas». La lucha contra el crimen y la inmigración irregular son meras excusas.

Como se ve, Donald es un calco de Warren. O al revés.

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