Big data
España, a la cola de Europa en medidas para favorecer el coche eléctrico
De los 43.827 coches matriculados en el mercado nacional hasta julio, sólo 6.533 eran eléctricos puros no contaminantes
Estos días, dentro del debate político en el marco de las elecciones generales, ha saltado a la luz lo que se venía negando desde el Gobierno –incluso acusando a la oposición de difundir bulos–, el plan enviado a Bruselas, y aprobado por las instituciones europeas, de implantar los peajes en las autovías españolas, como una medida disuasoria para el uso del coche de combustión, –los que usan gasolina o diésel–, dentro de las políticas europeas de la lucha contra el cambio climático, que no necesariamente pasaban por la implantación de nuevos impuestos, además, éste con carácter más que recaudatorio al no existir en general vías alternativas, como las casi extintas carreteras nacionales.
Además, esto no cuadra con el retraso que, con respecto a Europa, llevan las políticas de promoción de los coches eléctricos o no contaminantes, con una más que notable falta de incentivos, tanto para la adquisición de estos vehículos, como para la instalación de la infraestructura necesaria para que puedan ser adquiridos mayoritariamente. Es decir, no se potencia la alternativa eléctrica, se actúa fiscal y recaudatoriamente contra los vehículos convencionales.
Y es que, los vehículos que circulan por calles y carreteras de España tienen una heterogénea fuente de alimentación, que van desde la gasolina al diésel, pasando por el gas o la electricidad.
En el mes de junio, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), daba a conocer la distribución de la matriculación de vehículos en dicho mes; de los 101.085 matriculados en toda España, 43.827, el 43,4 por ciento eran de la familia eléctrica, 1.129, el 1,1 por ciento de gas, y el 55,5 por ciento de combustión.
Entre los de tipo eléctrico, el 70,2 por ciento de tecnología «híbrida», mientras que el restante 29,8 por ciento se repartió prácticamente a partes iguales entre los «híbridos enchufables» y los «eléctricos» (puramente eléctricos).
Bruselas obliga a implementar medidas tendentes a ir reduciendo el parque móvil y la fabricación y comercialización de vehículos con motores de carburante tradicional, reconvirtiendo y redirigiendo el sector industrial del automóvil a la fabricación de vehículos eléctricos, de tres familias; híbridos, híbridos enchufables y eléctricos. En este camino hacia la electrificación ha quedado marginado el automóvil movido por gas, aunque se abre a medio plazo una posibilidad a los vehículos de gran tonelaje, así como a los buques, con el hidrógeno.
Los automóviles híbridos combinan un motor de combustión y otro eléctrico. No son enchufables, no se cargan conectándose a la red eléctrica. Sus baterías se van cargando cuando el vehículo va circulando con el motor de combustión, aprovechando la energía que se genera en las frenadas y retenciones. Su autonomía en modo eléctrico es mínima, no alcanza los 5 kilómetros.
Los vehículos híbridos enchufables combinan un motor de combustión y otro eléctrico. Pero a diferencia de los híbridos, los híbridos enchufables, como su nombre indica, permiten recargar la batería de gran capacidad mediante la conexión a la red eléctrico, lo que les confiere una mayor autonomía con el motor eléctrico, de aproximadamente 50 kilómetros.
Finalmente tenemos los automóviles eléctricos, que están impulsados únicamente por un motor eléctrico que almacena la electricidad en baterías. Que por lo general puede cargarse en 10/12 horas, que se reduce a 6/8 horas con un Wallbox, y también podría recargarse en un 80% empleando media hora en un punto de carga rápida. La autonomía media de los nuevos modelos ronda los 450 kilómetros.
Los dos principales frenos a la renovación del parque móvil español, para lograr la sustitución de los tradicionales motores de combustión, por los de las tres nuevas tecnologías eléctricas, son, por una parte, el precio de de éstos y, por otra, los puntos de recarga. Países como Portugal han logrado incrementar más que España la matriculación de los nuevos eléctricos. El secreto, eliminar el IVA. Otros, como Noruega, la renta per cápita de la que disfrutan sus ciudadanos, no precisa de apoyo gubernamental.
La ANFAC contabiliza 17.000 puntos de recarga públicos distribuidos por toda España en lo que llevamos de 2023, siendo el 80% puntos de recarga lentos. España se comprometió con la UE a alcanzar entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga públicos al terminar 2022 y 310.000 puntos de recarga al cierre de 2023 incluyendo los privados, así que todavía queda un largo camino que recorrer.
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