Y volvieron cantando

España, verso suelto de la UE

A Sánchez le fallan los socios nacionales y ya no le miran igual los europeos ergo, tocará otra lección de supervivencia

Nada como la hora de retratarse en Europa a propósito del necesario aumento del gasto en defensa para que el gobierno social comunista español haya tenido que clarearse creándole a su presidente sin ninguna duda la situación más incomoda ante sus socios comunitarios desde que llegara a la Moncloa. Pero nuestro jefe del ejecutivo todavía no ha encontrado crisis que se le resista a la hora de darle la vuelta en la búsqueda de nuevas oportunidades. El viaje oficial de Sánchez a China no ha pasado por ser una visita cualquiera. El encuentro con el líder comunista Xi Jinping minuciosamente preparado por la guardia pretoriana que aún le queda a Albares en exteriores ha situado a Sánchez como verdadero y auténtico verso suelto de la Unión Europea en la relación con el gigante asiático dentro del nuevo orden global propiciado por el regreso de Trump a la Casa Blanca. Nuestro jefe de gobierno siempre dispone de nuevos caladeros por la sencilla razón de que, a diferencia de otros políticos al uso, ni se detiene en prejuicios, ni en precios a pagar.

Pero tal vez lo más preocupante para el peso de España dentro de una Europa que parece decidida a recuperar su papel sea el hecho de que más allá de los Pirineos ya se ha terminado por conocer la verdadera dimensión de un político al que se veía con buena planta, perfecto inglés y paladín de progresismo frente al avance de las derechas extremas. El manifiesto malestar y las críticas cada vez menos veladas de algunos socios europeos por la falta de solidaridad de Sánchez en el apartado de la defensa confirman que no disfruta precisamente de su mejor momento en Bruselas, sobre todo ante las voces que crecientemente se alzan señalando a nuestro ejecutivo como trilero en el intento por inflar las cifras de gasto militar y al que se le podría comenzar exigir en momentos como este donde toca dar la cara, la devolución de ayudas provenientes de la dura etapa del covid. A Sánchez le fallan los socios nacionales y ya no le miran igual los europeos ergo, tocará otra lección de supervivencia. Somos verso suelto europeo en lo relativo al gasto en defensa, pero por si fuera poco, también tocamos nuestra particular partitura significándonos en una guerra entre gigantes que, al final hacen las paces y cuentan las bajas.