Insensateces

Estulticia

Estos cuatro seres humanos consideran que las mujeres muertas a manos de sus parejas no merecen consideración

Ha sucedido hace tres días en mi ciudad, en Albacete. Ya saben que yo presumo mucho de ser del Nueva York de La Mancha, soy muy pesada, muy cansina y no desfallezco. Bien, pues hoy tengo ganas de meter la cabeza en un cubo de la mismísima vergüenza que padezco. Vox tiene cuatro asientos en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Ninguno de los cuatro ha querido participar en el gesto de condena y rechazo a la violencia machista. Voy a citar aquí sus nombres, más que nada para que todos esos paisanos que los han votado tengan clarito que estas cuatro personas no condenan que maten a mujeres. No condenan que asesinen a mujeres y están dispuestos a negar la mayor, es decir, la existencia de una lacra creciente, brutal, inmoral y que debería sonrojarnos como país. Pero a estos cuatro querubines les parece que no, que no pasa nada. Qué más da si lo más importante es nuestra machacona ignorancia, su estúpido negacionismo. Voy con los nombres, que no se me olvide. José Ramón Conesa, Leticia Alejandra Martínez, Lorena González y José Bernabé Cotillas. Estos cuatro seres humanos consideran que las mujeres muertas a manos de sus parejas no merecen consideración. Ni respeto. Ni siquiera un minuto de silencio en pie. Estas cuatro personas se cagan en la violencia de género y la niegan. Les deseo a ellos cuatro y a todos esos que siguen militando en ese partido político, a todos esos que les votan y se engorilan creyendo que una mentira repetida mil veces llega a ser una verdad, que no les pase nunca. Que jamás tengan a alguien en esa situación, que nunca tengan que pasar por algo así, que los quieran bien, que toda su prole esté feliz con quienes elijan, y que jamás nadie los amenace, los coarte, los obligue, los machaque, los asesine. Porque igual no tienen constancia, ni lo conocen, ni tienen ningún caso cercano. Pero, la vida es muy jodida. Y muy pertinaz. Así que, cualquier día, la realidad les dará con un rodaballo en la cara. Dios no lo quiera pero, pasa. Pasa. Créanme. Así que, cuando nos veamos por las calles de Albacete, si quieren, me miran a los ojos y me dicen que no existe. Prueben.