El trípode
Del Frente Popular al Frente Amplio sanchista
Emiliano García-Page, cual «último de los mohicanos», ha dado un titular tan atractivo como descriptivo de lo sucedido: «el producto era regional, el guiso nacional».
El 18 F gallego ha significado una debacle sanchista, pues no debe olvidarse que los socios que integran el actual «Frankenstein 2» –PSOE y Sumar– han obtenido ambos un fracaso histórico en su primer paso por las urnas tras el 23 J. El partido sanchista ha obtenido el peor registro de su historia con apenas 9 diputados mientras la gallega Yolanda no la han votado ni en su pueblo natal, obteniendo en toda Galicia menos del 2% de los sufragios, siendo fuerza extraparlamentaria, una auténtica «suma cero». Los argumentarios de Ferraz y Moncloa para la ocasión son curiosos cuando menos, afirmando que la «prueba de que se ha votado en clave regional y no nacional» (por la amnistía) es que «la fuga de votantes socialistas ha ido al BNG que también es partidario de la misma». Imaginativo argumento ya que si no es por la amnistía será por Sánchez, aunque es indisociable una cosa de la otra.
En todo caso, difícilmente creerán que el voto al PSOE es ajeno a su liderazgo del partido y a su política desde Moncloa, pero por intentarlo que no quede. Emiliano García-Page, cual «último de los mohicanos», ha dado un titular tan atractivo como descriptivo de lo sucedido: «el producto era regional, el guiso nacional». Por su parte, Sánchez al parecer no tiene responsabilidad alguna en la debacle ya que afirma que la responsabilidad de lo sucedido radica en «la carencia de liderazgos territoriales» apostando por candidaturas amplias y abiertas, incluso en las que su partido no esté al frente. Como muy bien le ha contestado Paco Vázquez, quien fuera acreditado alcalde de Coruña y líder de los socialistas gallegos, se trata del proyecto y estrategia del denominado «Frente Amplio», diseñado por el Grupo de Puebla, anterior Foro de Sao Paulo. A él pertenecen Sánchez, Zapatero, Yolanda Díaz, Belarra, Iglesias y Montero entre otros, así como conocidos «progresistas» como Lula, Maduro, López Obrador, Petro, Boric, etc., todos muy conocidos por sus grandes logros en Iberoamérica. Basta recordar que es la versión actual de los Frentes Populares, de cuando existía la URSS, y de infausta memoria en España en 1936. En menos de tres meses hay elecciones al Parlamento Europeo a las que Sánchez espera presentarse con la amnistía integral de Puigdemont como gran conquista de su progresista gobierno. Ignoramos si el residente en Waterloo se presentará a la reelección, pero sería un atractivo duelo electoral. Una nueva meta volante del «ciclo» que según Page puede convertirse en «ciclón», si el PSOE no despierta de su sueño monclovita. Y no lo parece, de momento.
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