Sin Perdón

Un gran discurso de Netanyahu

«La paz solo es posible derrotando a Hamás»

Nunca he tenido una buena opinión de la ONU. Me gustaría que no fuera así, pero la historia nos demuestra que su utilidad es más bien escasa; está llena de aprovechados que viven muy bien a costa de su presupuesto, proliferan los chiringuitos, las dictaduras campan a su antojo y el mayor chollo es colocarse como funcionario gracias a algún amigote. Por tanto, mi opinión no es arbitraria o caprichosa. Con motivo de la intervención del primer ministro israelí, pudimos comprobar que el antisemitismo está muy presente. Muchos delegados decidieron ausentarse, aunque algunos representan a dictaduras en las que no se respetan los derechos humanos y las libertades políticas. Es una de las muchas paradojas de las Naciones Unidas. Su antecesora, la Sociedad de Naciones, fue un gran fracaso en el período de entreguerras y la actual también lo es, salvo para los que se forran a su costa. Lo que escribo es políticamente incorrecto, pero el antisemitismo o la complacencia con las dictaduras es algo abominable. Netanyahu estuvo muy bien, aunque sea el blanco de la derecha acomplejada y la izquierda antisionista.

En primer lugar, fue un mensaje para los rehenes de Hamás. Es cierto que es algo que resulta indiferente para Sánchez y el resto de los líderes que apoyan el reconocimiento de una Palestina que estaría controlada por los terroristas y manejada por Irán. Han olvidado que el gobierno de Gaza ordenó el ataque genocida del 7-O en el que los terroristas “mataron a 1.200 inocentes, entre ellos decenas de americanos y de ciudadanos de muchas de las naciones aquí representadas, cortaron la cabeza a los hombres, violaron a las mujeres, quemaron vivos a bebés delante de sus padres”. Fueron asesinados por ser judíos. En cambio, el ejército israelí combate contra el ejército de Hamás, que está bien armado y tiene una estructura militar. Lo hace en el complicado escenario de una guerra urbana. La demostración de que no es ni un genocidio ni una matanza es la aplicación de reglas en la intervención militar y la larga duración de la guerra, ya que los israelíes hubieran podido utilizar medios aéreos y arrasar la ciudad fortaleza de los terroristas. No lo ha hecho porque es una democracia y tiene que minimizar las víctimas civiles. La paz solo es posible derrotando a Hamás.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)