
El buen salvaje
Los Lutes
¿Qué nos pasa? Hemos tomado la pastilla equivocada enjuagada con garrafón, porque yo veo una panda de presuntos delincuentes y declarados sinvergüenzas que nos echan la charla
El día se despierta como si no hubiera dormido, sin tiempo para resetear las sábanas ni los discursos, barnizados con el mismo calor de ayer. A cada escándalo que apunta al Gobierno, los ministros apabullan con su verbo febril e irritado entonando la misma letanía: «Es un bulo, todo proviene de la máquina del fango de la derecha y la ultraderecha». Todo es raro. Acabarán diciéndonos que la imagen de Ábalos en camiseta de turista y con las New Balance de padre, es en realidad producto de la inteligencia artificial, como Donald Trump convertido en Papa. Ábalos en su casa de toda la vida es la estampa inversa de Juncal comparándose con Morante de la Puebla. El fiscal general imputado es «una maniobra extraña del Supremo», el fraude de ley al que se refiere la juez sobre el aforamiento de Gallardo el extremeño es «un dislate judicial», y así, pase lo que pase. Los jueces van pasados de la ketamina de Elon Musk según todos los portavoces del Gobierno y los grandes especialistas judiciales que desbordan las tertulias amigas.
Todo es raro. Hace un sol del carajo, pero la sombra orwelliana nos llena de hollín. Vivimos en una realidad paralela. Unos, en un país en el que la corrupción sale por la boca de los políticos como los gusanos por las de los muertos, y otros, en una platea desde donde se disfruta o se sufre un sainete. Todo un Gobierno gritándonos que lo que vemos es mentira mientras nos frotamos los ojos. «¿Qué nos pasa?», se preguntan en la campaña del ministerio del ramo sobre la salud mental. Parece una frase escondida sutilmente, publicidad subliminal. ¿Qué nos pasa? Hemos tomado la pastilla equivocada enjuagada con garrafón, porque yo veo una panda de presuntos delincuentes y declarados sinvergüenzas que nos echan la charla, y a gente que diríase decente que los defiende cambiando el centro de la diana: los jueces son los malos y los robagallinas de los huevos de oro, personajes que pueden regenerarse. Son los «Lutes» de la democracia. Camina o revienta.
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